miércoles, 1 de diciembre de 2010

Charles Tomlinson; Selección de poemas



(Stoke-on-Trent, 1927) Poeta británico. Cursó estudios en las universidades de Cambridge y Londres. Enseñó literatura inglesa en la Universidad de Bristol. De su copiosa producción poética destacan El collar (1955, edición editada en 1966), Ver es creer (1958), Un paisaje poblado (1963), Escenas americanas (1966), Los matachines (1968) y Palabras e imágenes (1972). Escribió algunas obras en colaboración con otros poetas, entre las que destaca Renga (1971), en colaboración con Octavio Paz, Jacques Roubaud y Eduardo Sanguinetti.


Toda la tarde

Toda la tarde las sombras han estado construyendo
una ciudad propia de las calles,
corrigiendo con cuidado las perspectivas
con diagonales oscuras, y reduciendo
veredas a plataformas, franjas de luminosas
escalerillas, como si fuera un barco
esta contra-ciudad. Pero los inclinados, negros
encabalgamientos como escaleras para asalto
trepan a las fachadas y las atan a la tierra,
confunden salidas para incendio que ya están enredadas
en vapuleadas ambigüedades. Tocas
las movedizas formas para saber cuál sitio es cuál
y te tiznas un dedo con ceniza del tiempo
que sopla a través de ambas, la sombra en la penumbra
y en la luz, que recorre los caminos
para agujerear las paredes, elevarse por patio y escalera
y deslustrar el pináculo azteca del Chrysler.

Desde la autopista

Las gaviotas se amontonan para comer de la basura
que se descarga, camión por camión,
sobre un montículo que tres carreteras
han aislado:
cuando las semillas se hundan y se enreden
este abono movedizo donde las gaviotas
rebuscan el sustento invernal
se transformará en cerro -para los halcones
un terreno de caza, pero no tendrá nombre:
jamás nadie irá allí. ¿Cómo
lo recuperaremos, una forma que nos pertenezca?
Ya que no engendrará fantasmas
sino sólo -bajo la zambullida e inspección
de las alas del halcón- los huesos de pequeñas presas,
su resplandor de sodio en las tardes de invierno
inaccesible como el Edén...

San Carlo Al Catinari

Una orquesta de ángeles
aletea en la piedra
y se posa en el borde
del domo, entonando alabanzas
en honor de Santa Cecilia.

Admiro, sí, esta escena
extendida sobre mis ojos
por su solidez: tales
presencias no son sombras
sino carne y piedra interanimadas.

Y si fuéramos ángeles
podríamos oír, sin duda,
su música silente,
hecha cuerpo
en la sustancia de otra esfera...

Una esfera que los sentidos
penetran, aunque raramente,
mientras reúnen pruebas
aún más palpables
del porqué de nuestro deleite.

Pues qué supone el cielo
sino el aumento y cuidado
de nuestras afinadas facultades,
atentas al servicio y la alabanza,
hechas a semejanza de aquel alto consorte.

A Vasko Popa en Roma

"Me desagrada Roma", comentaste en francés,
"con su orgullo imperial". Pero tú eras
el menos imperioso de los hombres, en verso
y en persona. Nos vimos sólo en otra ocasión,
y parecía claro que tus días estaban
contados, vida y muerte en un terco desfile
de cigarrillos. "Como un príncipe exiliado",
decían, mas la imagen no casaba con alguien
insensible al imperio. Te habías exiliado, sí, pero
de ti mismo,
arrumbando ironías y entusiasmos perplejos,
buscando un equilibrio casi físico
-tu cuerpo propendía a la gordura-
entre el rigor francés y el exceso italiano,
mientras nuestro intercambio mezclaba los idiomas
en busca de palabras capaces de expresar
el placer del encuentro. Y ya que hablo de príncipes...
recuerdo haberte oído, "Me han dicho que
Ted Hughes",
(medianoche en el parque de los Borgia)
"vive como un príncipe". "Es cierto", repliqué,
"si la hospitalidad está en sus planes,
y si eres su invitado o su amigo, eres tú
quien vive como tal". Con paso concertado,
abominando
de la melancolía que engendran las ciudades
-nada omite su generosidad-
extraías tu angustia de un filón de riquezas
a punto de agotarse. Hoy, de regreso a Roma,
me es fácil suponer tu acuerdo si dijera
que la ciudad compensa con creces su arrogancia,
tal es su resplandor, semejante al bramido
que la fuente de Trevi esparce por las calles:
y que tales estratos de agua y piedra tallada
-metamorfosis sobre tierra firme- son otra
forma de poesía, y nosotros los huéspedes
de la imaginación. Mas la imaginación propone
lo que no necesita demostrar y, también,
más allá de los hechos y las palabras, lo imposible:
bajo la luz y el aire del otoño romano
ya nunca cruzaremos juntos este paseo.

Diciembre

Constancia de la escarcha, cada vez
más blanca, más helada. Parecía
que el fulgor salino de los cristales
hubiera transformado la esencia de las cosas
al cubrirlas: tus pasos cruzaban aquel mundo
como si de un momento a otro fuera a romper
en campanas de vidrio, o en helados vibráfonos,
y la luz golpeaba las colinas inermes
y les daba relieve: alineados
en lo blanco, los árboles mostraban
nervios de taracea, mínimos, irreales,
y el sol daba de pleno en su leve armadura
que pronto, en una sola tarde, se desharía.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Antonio Martínez i Ferrer: "La cama hospitalaria" y otros poemas




Nació en Alzira (España) en 1939. Obrero de las Artes Gráficas de profesión, ha ocupado la mayor parte de su vida en la lucha contra la dictadura Franquista, perseguido  por el régimen sufrió el exilio político en Francia. Su primer poemario nace después de cumplir los 60 años. Ha sido distingido con la Mención especial en el PREMIO DE POESIA JULIO TOVAR. Santa Cruz de Tenerife el año 2004, por el poemario, "Corre, corre, niño de arena". Entre sus obras destacan “El rumor del patio” 2003, “El grito del oasis” 2007, "Efectos Secundarios" 2008, "Antología poética", 2010.

***

la cama hospitalaria

escenario del encuentro
entre la vida
y su tiempo

múltiples caminos
brotan incansables
de su cuerpo

todos los espacios
posibles
arriba abajo
todo o parte

nave viajera entre plantas
portadora incansable
compañera fiel

cuerpo ingrávido
con vísceras blancas
para el reposo

siempre a la espera
de la luz
y de los sueños

***

los aerosoles

silbo de hospitales
cantor del aliento

una mirada vaporosa
se derrama
viento adentro

relator de esperanzas
uñas del humo
arrancando infecciones

un amanecer
de temblores
en el pecho
semillas
para la vida

***

imposturas del mercado

nació la voz transparente
de los discurso blancos

se abrió la puerta
del supermercado
y nada escapó
de aquel circo

manchado el discurso
ensució las conciencias

circuló la falacia
de la bolsa y el negocio

la turbulencia del engaño
amanecía
entre el miedo y la miseria

se corrompe la justicia
se borra el futuro

trileros
de la política
y la prensa
juegan con el pueblo
a matar su rebeldía

la voz mutilada
la voluntad vencida
desarmada y conformista
la clase obrera
deambula extraviada
en el intestino
de la sanguijuela
liberal capitalista

***

Deja tu presencia
………….una huella,

un brote de fuego
crece en soledad
………….por las tardes.

Mi voz
tiembla aturdida
pensando
………..en los círculos
de tu piel húmeda.

Acompañar
…………las miradas
recoger
………….los sueños
en las laderas de la luz.

Ten a mano
………….el rocío del beso
estoy en la esquina
………….de los encuentros.

Te espero!

***

el carro de enfermería

babel de gasas
agujas, apósitos
química variada
para la vida

pasas
como mercadillo de jueves
altivo, sobrado
capaz de vencer lo infecto

campeón de transparencias
tienes
el paso del viento fresco
para combatir el daño

tus besos limpios
sofocan el fuego
o cierran la carne

y sigues y sigues
sin quejas ni descanso

***

el andador

apoyos de acero
para las manos cansadas
piernas de acero
para los pies inertes

el corazón hueco
sin marcapasos

territorial de imagen
paciente en las esperas
firme en las distancias

escaso
económico
sin sueños conocidos

compañero fiel
amante de los espacios

***

la silla de ruedas

callada en la espera
recompone con su cuerpo
la luz
sobre el tabique

archivo de senderos
escritos
en las ruedas

destino, salida, espacio, encuentro

la voz vibra
y se moldea en
sus universos tubulares

arquitecta de las distancias
con formas dulces
y contornos sensuales

tiene la certeza
de su feminidad

y el mágico uso
de sus piernas
incansables

***

Me quedé
a un paso de tu mirada,

....................después
un temblor de muros
escondió tu imagen.


................... Aligeré el paso
....................entre la niebla
..... de la distancia silenciosa

........no pude acercar mi voz,

..........................el espacio
.................huía enloquecido.

Soledades.

***

El silencio
…………….se extravía
en la lejana transparencia
…………..de tu mirada.

Tu ausencia
………eriza mi piel
………………..y quema.

La tarde
derrotada entre dos luces
transita pesada en mis hombros.

Te espero
.………..solo no existo

***

despertar

............en un tiempo nuevo

donde la bestia vencida

huya avergonzada

ese es

………NUESTRO sueño

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Gloria Fuertes "Poesía ignorada"


Gloria Fuertes; Nació el 28 de julio de 1917 en el madrileño barrio de Lavapiés en el seno de una familia humilde, de madre, costurera y sirvienta, casi muere en el parto, tal como ella misma refleja en los versos de una de sus « autobiografías». Debido a la profesión de su padre, portero, la familia cambió varias veces de residencia en Madrid. A los tres años ya sabía leer y a los cinco escribía cuentos y los dibujaba. Luego los cosía con hilos para encuadernarlos.
Se movía por Madrid en bicicleta, con una falda-pantalón diseñada por su hermana y con corbata, compraba libros a hurtadillas en la cuesta de Moyano y se ocultaba para escribir y leer en la portería donde trabajaba su padre a escondida de su madre.
De su obra se destacan los libros «Poesía ignorada» en 1950, «Aconsejo beber hilo» 1954, y «Poeta de guardia» 1980. Falleció en noviembre de 1998.

Autobio

Nací a muy temprana edad.
dejé de ser analfabeta a los tres años,
virgen, a los dieciocho,
mártir, a los cincuenta.

Aprendí a montar en bicicleta,
cuando no me llegaban
los pies a los pedales,
a besar, cuando no me llegaban
los pechos a la boca.
Muy pronto conseguí la madurez.

En el colegio,
la primera en Urbanidad, Historia Sagrada y Declamación.
Ni Álgebra ni la sor Maripili me iban.
Me echaron.
Nací sin una peseta. Ahora,
después de cincuenta años de trabajar,
tengo dos.

Autobio

Mi niñez y juventud
fue de ataúd,
fue injusta y dura
(y no me hizo dura).
Y veo que hay gente,
que su vida fue cómoda y blanda
y son duros y agreden.

Autobio

Pronto me di cuenta
que era una errata eso
de que los niños venían de París.
A los seis años cambié la ese por erre.
Los niños vienen de Parir
-escribí en la pizarra de las monjas-.
Y me echaron.

Autobio

Cuando yo nací,
el padre de servidora
ganaba al mes,
lo que mi limpiadora
gana ahora a la hora.

Éramos nueve hermanos,
quedamos tres,
-los más fuertes-

La mayoría de mis hermanitos
murieron de mortandad infantil
o de guerra civil.

Autobio

Os digo en prosa:
Nunca pedí dinero,
comida, sangre o ropa.
Empecé a trabajar de niña de niñera.
Fui criada de mi casa propia.
(Yo misma fui mi primer muñeca.)

Luego de mayor,
lo único que pedí prestado
fue amor,
lo devolví con creces,
hoy estoy arruinada.

Auto

No quiero irme del todo
de mi infancia,
porque mi infancia no era la infancia
de los niños de ahora.

Autobio

Yo empecé en esto de inventar,
muy pronto,
mire usted, señor periodista,
cuando se me ocurrió el primer poema,
me caí de la cuna de risa.

Auto

-Desde los quince años vivo del libro.
-¿Ya escribías?
-No, vendía los libros que robaba.

Autobio

Yo era feliz cuando era niña.
Cuando llevaba los zapatos rotos
y el corazón entero.
Después…
ya todo roto.

La isla ignorada

Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
—sola sólo—.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
—manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
—para la muerte me dejó un misterio.

Se suicidó el dictador

Se suicidó la estatua del dictador.
La estatua vivía en el centro del estanque.
Una noche de viento
la estatua se lanzó al agua.
La estatua del dictador
murió ahogada.
Sólo las gaviotas la echaron de menos.

Aunque nos muriéramos al morirnos

Aunque no nos muriéramos al morirnos,
le va bien a ese trance la palabra: Muerte.
Muerte es que no nos miren los que amamos,
muerte es quedarse solo, mudo y quieto
y no poder gritar que sigues vivo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Jorge Eduardo Eielson: "Paisaje Infinito"



Jorge Eduardo Eielson; Poeta, ensayista y dramaturgo peruano nacido en Lima en 1924. Es una de las voces más representativas de la poesía hispanoamericana. A finales de los años cuarenta viajó a París y disfrutó del extraordinario ambiente creativo francés. De allí viajó becado a Suiza para dedicarse a la escritura, y a inicios de los años cincuenta se radicó para siempre en Italia. Su obra poética está contenida en las siguientes publicaciones: "Canción y muerte de Rolando" en 1943, "Reinos" en 1945, "Habitación en Roma" en 1951, "Mutatis mutandis" en 1967, "El cuerpo de Giulia-no" en 1971, "Poesía escrita" en 1976, "Noche oscura del cuerpo" en 1983, "Primera muerte de María" en 1988, "Antología" en 1996, "Sin título" en 2001, y "Ceremonias" en 2001. Falleció en Milán en Marzo de 2006.

CEREMONIA SOLITARIA BAJO LA LUZ DE LA LUNA

La masturbación es un caballo blanco
Galopando entre el jardín
Y el baño de mi casa
La masturbación se aprende
Mirando y mirando la luna
Abriendo y cerrando puertas
Sin darse cuenta que la entrada y la salida
Nunca han existido
Jugando con la desesperación
Y el terciopelo negro
Mordiendo y arañando el firmamento
Levantando torres de palabras
O dirigiendo el pequeño pene oscuro
Posiblemente hacia el alba
O hacia una esfera de mármol tibio y mojado
O en el peor de los casos
Hacia una hoja de papel como ésta
Pero escribiendo tan sólo la palabra
Luna
En una esquina
Pero sobre todo
Haciendo espuma de la noche a la mañana
Incluidos sábado y domingo.


CUERPO ENAMORADO

Miro mi sexo con ternura
Toco la punta de mi cuerpo enamorado
Y no soy yo que veo sino el otro
El mismo mono milenario
Que se refleja en el remanso y ríe
Amo el espejo en que contemplo
Mi espesa barba y mi tristeza
Mis pantalones grises y la lluvia
Miro mi sexo con ternura
Mi glande puro y mis testículos
Repletos de amargura
Y no soy yo que sufre sino el otro
El mismo mono milenario
Que se refleja en el espejo y llora

EN EL CORAZÓN DEL OTOÑO

Este taller dorado, señora,
Si usted suelta sus cabellos,
Su corsé, sus abundantes senos,
Arderá. La Muerte vestida,
Calavera de viejo sombrero,
Con plumas de pato en la nuca,
Vendrá, si usted llora, señora,
Desnuda en el bosque, si llora.
Hermosa señora, qué viento,
Qué viejo ya el día, las flores,
La cera y el vino, sus ojos, señora.
Este taller dorado, señora, es el otoño.

CEREMONIA SOLITARIA ALREDEDOR DE UN TINTERO

Todo el mundo huye de mi corazón
Porque parece un cocodrilo. Todo el mundo dice
Que no soy un hombre sino un árbol derribado. Nadie sabe
Que entre mis ojos de niño y mi pecho cansado
Hay solamente musgo, llanto, flores indecibles,
Versos que parecen de oro puro
Y no son sino fragmentos de una estrella de papel.
No es culpa mía si estoy hecho de cristales amargos,
De irremediable ceniza y líquidos ardientes
Que se disputan mi ternura y sin cesar empujan
Dolorosas poleas, émbolos y ruedas escarlata.
Soy solamente un puñado de tierra que tropieza,
Un insolente juguete de cabellos negros
Y dientes amarillos. No es culpa mía
Si no parezco de carne y hueso, si bajo mi sombrero
Y mi pantalón gastado palpita un cielo puro,
Si todo el mundo dice que no amo a la gente
Porque me pongo una corbata y observo el firmamento,
O porque estoy hecho de sustancias aciagas,
De sonrientes materias que sollozan y sollozan
Y sollozantes materias que sonríen y sonríen.
Soy solamente un animal que escribe y se enamora,
Un laberinto de células y ácidos azules,
Una torre de palabras que nunca llega al cielo
Porque no toca ni se apoya en los luceros,
Sino en mi pobre corazón siempre en tinieblas,
Siempre en el fondo de un tintero,
Como si fuera un cocodrilo

LO QUE QUIERO DECIR

Lo que quiero decir
Es que no tengo nada que decir
Que todo lo que digo
Lo digo solamente
Solamente lo digo
Sin decir nada
Que mis palabras son fragmentos
Balbuceos de una frase oscura
Migajas de una vieja historia
Repleta de personajes
De señores y señoras que pasean
Bajo grandes cielos mudos
Sin saber que su sonrisa
Sus vestidos y sus huesos
Paseaban tranquilamente
Hace millares de años
Y seguirán paseando todavía
Millares de años más. Fragmentos
De una catástrofe celeste
De un insondable estornudo
Tan parecido al amor
Y hasta a la misma muerte
Que no distingue la arcilla
De la nada y nos sorprende cada día
Amarrados a una cama o una silla
Bajo la misma luz amarilla
El mismo miserable torbellino

lunes, 4 de octubre de 2010

Entrevista a Bernardo González Koppmann por Ivo Maldonado


Entrevista a Bernardo González Koppmann

Por Ivo Maldonado
Los Ángeles - Talca
Octubre de 2010


In Memoriam

a Sergio Hernández Romero (*)



- ¿Por dónde me aconsejas empezar tu Cantos del bastón?

- De atrás para delante, definitivamente. Lee primero Memorias del Bardo Ciego (2009), y remóntate como los guanayes el río Maule cuando subían a Puerto Perales a buscar y dejar mercadería remolcando sus lanchones legendarios. Así vas haciendo una retrospectiva de esa obra, a partir de una poesía que estimo ya decantada; viaja lento de regreso hacia formas experimentales que acosé en la búsqueda de un estilo, el cual supongo logrado cabalmente en los últimos trabajos porque me reconozco íntegro en él. Verás en el trayecto varios registros, aunque la misma temática, el mismo universo poético neorrural sobreviviendo a los acosos de esta postmodernidad que me ha tocado en suerte padecer.


- ¿Es tu hija menor la alegría en medio de la vejez?

- Todos mis hijos y amigos del alma son mi alegría cotidiana. ¿Quién te dijo que estoy viejo a los 53? Magdalena (5 años) es sin duda la ternura que condimenta la existencia; pero amo la rectitud de Pepa (30), la fortaleza de Andrés (24) y la inocencia del Juanito (18) que todos llevamos Maule adentro.


- ¿Te consideras un poeta lárico?

- Poeta nomás. Deja a los cacadémicos la dilucidación de cuestiones teóricas. En un tramo del camino me dio por hacer disquisiciones literatosas, pero hoy francamente me parecen inútiles; salvo una que otra precisión para no salirme de la huella. Para poesía nada mejor que conversar con los arrieros o las alumnas del Insuco de Talca.


- ¿Por qué y para quiénes escribes?

- Primero para mí, para resolver contradicciones subjetivas e históricas - ¿se pueden éstas separar? -, que me acosan e interpelan y exigen una síntesis que sólo he resuelto en la metáfora-símbolo. Sólo en ese lenguaje poético que fusiona los misterios del alma y del cuerpo - ¿se pueden éstos separar? -, he resuelto mis conflictos éticos y estéticos con mayor precisión, belleza y hondura que acosando impunemente a filósofos, credos religiosos y otras yerbas. La belleza me absolverá, dijo por ahí un poeta. Y adhiero a su predicado. Luego si mis textos encuentran lectores, como gracias al tao ha ocurrido, es una satisfacción adicional que se agradece pero no condiciona ni una sola de mis palabras.


- ¿Qué es la identidad maulina? ¿Existe?

- Sí, existe. Pero se ha ido enmarañando con un estilo de vida híbrido, que intenta sobrevivir al advenimiento del consumismo y la relativización de las relaciones humanas, y de éstas con el entorno natural. Creo que la clase política anda más perdida que el teniente Bello. La política no le llega ni a las canillas a la poesía. El poeta en este contexto ultraconservador con un gobierno privatizador y plutocrático como el actual debiera atinar; ser rebelde y contestatario a la cultura de la muerte, ser el desacato que a contracorriente sostenga la hermosura de ser plasmada en sus obras. Por ahí la identidad maulina podría proponer al país y al mundo algo más que buenos vinos y buenos embalses donde sólo lucran algunos elegidos. Además, urge vislumbrar un estilo de vida coherente con la naturaleza y los adelantos tecnológicos y científicos que nos permita un ocio creativo real, concreto, establecido y asumido por todos para la creación estética. Incluso urge un ritmo de vida que valore las reuniones familiares, tertulias, vagancias bajo las estrellas, silencios llenos de voces; en fin, un tiempo y un espacio donde podamos vivir en armonía con nuestros ángeles y demonios, y no como el perro y el gato. El Maule lleva un gran camino adelantado en este aspecto, por la enorme cantidad de poetas potentes que ha producido; sólo mencionemos, a modo de ejemplo, la existencia de un premio Nobel y varios y destacados premios nacionales de literatura en nuestra región para que le tomemos el peso al asunto. Pero las autoridades no cachan una; en materia de cultura pesan menos que un paquete de cabritas. Con el circo parafernálico del bicentenario y esas vainas hueras e insípidas del gobierno piñerista, sólo intentan impresionar a los incautos y turistas; pero guatean feo, porque el vecino de a pie va quedando más vacío que biblioteca pública parado en una esquina bajo la lluvia contando las chauchas para la micro.


- ¿Qué significó González Bastías en tu obra?

- Una ética. Ya del “viejo guanay” he hablado bastante en más de algún ensayo. Incluso publiqué una antología y un estudio crítico de su obra, los cuales se pueden ubicar íntegros en mi página web poesía-maule.com Ahí me explayo en su poética y en la vigencia de una obra imprescindible para entender el origen y mito de la maulinidad como fenómeno cultural. Dejemos que el lector indague solito en esas materias, si realmente le interesa.


- En un poema dices "Hay una hora que amo/ por sobre todas las horas transcurridas"; estoy citando tu poema "Cuando los pájaros se van". ¿El poeta se va, o es sólo una repetición en el tiempo?

- Curiosamente este poema está dedicado a uno de los narradores chilenos que más admiro, Juan Mihovilovich, puesto que él “voló” hacia las profundidades místicas del ser humano abandonando el mercadeo de las grandes ciudades. Si tú lees su obra te encontrarás que sus páginas están pobladas de pájaros, tal vez como un símbolo de este peregrinaje. Este poema apunta, no tanto a la muerte física del hablante como a un cambio interior de toda persona que se aleja para siempre de un lugar amado, en este caso Curepto, dónde viví una etapa hermosa de mi vida, y donde ahora mismo vive precisamente Mihovilovich. Yo parto del pueblo en 1987 y él llega en 1995. Por eso se lo dedico a él; aunque estimo que también va a partir. Todos partimos, tanto de un lugar físico como de un sentimiento o visión de mundo. Ayer mismo, para no ir tan lejos, el poeta Sergio Hernández emprendió el viaje definitivo; la delantera nomás nos lleva.


- ¿Qué le dirías a los jóvenes que escriben?

- Que es un arduo trabajo este oficio de ser poeta. Que se padece mucho antes de llevar las experiencias al papel. Que “la belleza es el primer eslabón de lo terrible”, como dijo Rilke. Que se está desamparado frente a la hoja en blanco, como al borde de un abismo. Que se escribe por necesidad de expresar visiones y relaciones ocultas que sólo captan nuestras aprensiones de marginales delirantes, apenas dotados de una voz desconocida, de un lenguaje aún inédito que clama en el desierto, y que si no vislumbráramos tales visiones nos volveríamos locos. Que hay que estar dispuesto a correr el riego de vivir en las palabras con todas las carencias al alcance de la mano, por nada, casi por nada, salvo por un largo suspiro al final de la jornada.


- ¿Cuéntanos sobre tu experiencia en el manicomio?

- ¿Cuál manicomio? ¿Vivir en un mundo esquizofrénico y baladí? Las ciudades no se adaptan a mi forma de ser, y yo jamás me voy a adaptar a una ciudad. Pero sí podría vivir en un pueblo chico, llámese Curepto o Comala o Macondo. Fíjate que yo habito en mi obra; ahí me siento pleno. Ese es mi pueblo. He ido con el tiempo creando un universo poético donde me hallo conmigo mismo, con mis obsesiones camperas, con esos rincones íntimos que no puedo olvidar, con seres entrañables que he recuperado del vacío existencial donde deambulaban, o, sencillamente, me refocilo todavía con el asombro inaudito que experimenté la primera vez que me topé a boca de jarro con el majestoso Maule: “He aquí el río”, me dijo mi padre, y quedé deslumbrado para siempre. Es hermoso asumirse poeta y no ceder a los cantos de sirenas ofertando tarjetas de crédito.


- A ratos aflora en tu poética el animal social. Creo que si alguien quisiera conocer al verdadero Bernardo debería olvidarse un poco de la idea campesina que te ronda. ¿Estás de acuerdo con esa afirmación?

- No quisiera desligarme de la idea campesina que me ronda; es mi habitat originario. Por eso admiro a Miguel Hernández, a Efraín Barquero, a Jorge González Bastías. Pero coincido plenamente con la tesina que planteas en la pregunta: soy una animal social, soy un animal político a ratos en mi poética. He escrito algunos pocos textos de poesía contingente por la premura que nos embarga, pero no es mi temple verdadero; me hallo más cómodo conversando con los espíritus del valle de cosas triviales, nimias, cotidianas. Esos planteamientos rotundos, perentorios y dogmáticos de los líderes carismáticos no van con mi forma de concebir una obra de arte. A veces he debido subirme a la tribuna porque ningún gil se atreve, por cobardía o por comodidad, a tomar la palabra; y debo asumir esas tareas, con mis pobres poemas panfletarios, que debieran abordar cabalmente los mejores cuadros de los partidos de vanguardia. No me convence la utilización de la poesía con fines prácticos. Para eso existen los manifiestos, los petitorios, las proclamas, las arengas, los discursos públicos, etc. La poesía es silencio, esencialmente silencio. Pastelero a tus pasteles, diría Violeta Parra.


- ¿Por qué elegiste la montaña como un lugar de viaje permanente? A veces siento que al poeta González le faltó un par de viajes al extranjero; haber cruzado no sólo las fronteras de la naturaleza, sino también las del hombre.

- ¿Cómo que no he ido al extranjero? ¿Ya se te olvidó cuando visitamos el país pehuenche en Butalelbún, y conocimos su mitología, el arte culinario de sus ancestros, las artesanías, sus leyendas y el mágico territorio de sus hazañas? Mira, monseñor Carlos González Cruchaga, presidente de los Conferencia Episcopal de Chile en tiempos de dictadura, gran conocedor de poesía, baste hablar de los textos de poesía política del Antiguo Testamento, en mi primera juventud me planteó la posibilidad de estudiar literatura en Madrid. Deseché la idea porque tenía una hijita recién nacida y debía trabajar para su mantenimiento. Luego, mi hermano mayor, ex cura radicado en Providence, USA, me invitó todas estas veces a estudiar un master literatoso a una prestigiosa universidad de Boston; pero debía contribuir a la crianza de nuevos hijos que natura me seguía regalando. Y he postergado dicha posibilidad indefinidamente. Para otra vez será, como dijo Pepe Cuevas. Además, francamente no me agrada el estilo de vida americano. Punto. En fin; ahora, recientemente, mi última pareja me invitó a Finlandia a tentar suerte; con ella también tuvimos una preciosa hija. Mas, estimé innecesario un viaje tan improvisado para mi poesía, para mi oficio, puesto que aún no agoto la rica tradición maulina, chilena, castellana. Además, con plata se compran huevos. Y para viajes de placer no sirvo; no tengo vocación de turista ni de consumidor. Ella sí viajó. Pero a visitar a su familia; padres, hijos, sobrinos, etc. Quizá por eso elegí la montaña; porque ahí hablo con el silencio y así las palabras se me dan un poco más honestas, más limpias, más vivas… Aunque no descarto ir a visitarte a Madrid cuando te radiques allá el próximo año, y solazarme con el idioma en su crudeza originaria. Veremos qué pasa.


- Recomiéndanos 10 libros de poesía que consideres "vitales" para apagar el "vacío" existencial, como diría tu amigo Enrique Villablanca.

- Mira; en estos libros, y otros muchos más, encontré gran poesía: Kavafis Íntegro, de Miguel Castillo Didier. El llano en llamas, de Juan Rulfo. Muertes y maravillas, de Jorge Teillier. La Compañera y Epifanías, de Efraín Barquero. Edades, de Antonio Gamoneda. Elegías de Duino, Reiner María Rilke. Trilce y Los heraldos negros, de César Vallejo. Florecillas, de Francisco de Asís. Residencia en la tierra I y II, de Pablo Neruda. Desencierro, de Juan Mihovilovich. Además deliro con la poesía china, la poesía mapuche, El Kalevala, Ezra Poud, Cervantes y un largo etcétera.


- Para los que hemos leído y releído tu obra, podemos afirmar que eres un poeta que conversas con el viento y que no te cansas de cantarle a una desconocida en un campo de lentejas y que siempre serás un aprendiz de pájaro. A propósito, dices pertenecer a la "Generación del roneo", aunque yo no te veo dentro de ninguna generación, mas bien fuera de todo lo que sea sospechoso de círculo. Como diría Teillier: "Siento que no pertenezco a ninguna parte/ que ninguna parte me pertenece". ¿Qué te motiva a escribir de tal forma y estilo?

- Bonito verso del gran lárico. Mira, Ivo; no creo en la clasificación de poetas ni por edad, ni por región, ni menos por camarillas. El poeta trasciende toda categorización, como dice mi coterráneo Naín Nómez; desborda toda teorización que quieran hacer de su obra, como si trataran de echar al Maule en una calabaza. Pero, objetivamente, sí me reconozco heredero de la tradición neorrural maucha; nieto y bisnieto de González Bastías, de Mariano Latorre (sobre todo de “Zurzulita”, porque ahí recupero el paisaje íntimo que habité en mi infancia), y fundamentalmente, sobrino directo y regalón de Efraín Barquero. Todo esto dicho lúdicamente, por supuesto. También asumo que el golpe de Estado de 1973 determinó mi vida entera. Yo desde niño desarrollé una conciencia de clases bastante bien definida; mi madre me contó en la cuna que los patrones del abuelo Carlos le robaron sus imposiciones. Además, mi ñaña me llevó a los dos años al ranchito de sus padres, y ahí vivencié la salvaje naturaleza geográfica y humana del secano costero maulino que palpas en mi escritura. (Estoy casi seguro que fue por esas experiencias infusas de mi niñez que hace un par de años atrás me hice militante comunista). Luego, siguiendo con el cuento, en la Universidad Técnica del Estado, la que después derivaría en lo que hoy es la Universidad de Talca, estudié pedagogía en historia; ahí un poeta del sur me hizo leer “Las riquezas injustas”, un texto notable y esclarecedor de Ernesto Cardenal que me dejó clarita la película. Así, por esos días formamos un pequeño colectivo y empezamos a publicar nuestros primeros versos en hojas de roneo, las que imprimíamos en la pastoral juvenil de mi ciudad. Te hablo del año 77, más o menos. Coincidentemente, en el país se daba un fenómeno similar; el arte contestatario emergía de las catacumbas, al amparo de una parroquia poblacional, en medio del apagón cultural más rotundo de la historia republicana. Eran los tiempos del auge de la teología de la liberación, antes de la visita del papa a Chile cuando vino a prestarle ropa a Pinochet. ¿Vas entendiendo? Bueno; y mi otra vertiente, además de la naturaleza y el sentido social de la poesía en mi obra, que se me estaba escapando, es el eterno femenino, la erótica, que he ido practicando humildemente desde una inocencia casi adánica hasta el sexo tántrico de los monjes chinos. Pero no te entusiasmes, muchacho; de eso hablaremos en otra oportunidad. ¿Te parece? Como vez, soy hijo de un tiempo y de un espacio; pero he intentado trascender. Por empeño no me he quedado. Ahora, si soy Maulino, de la Generación del Roneo, de la Editorial Poetas Antiiperialistas de América o Inubicalista, me importa un huevo.


- ¿Cómo es tu relación con los poetas del Maule?

- De mi relación con los poetas esenciales del terruño ya te he contado algo más arriba. Con los actuales poetas maulinos tengo una relación tajante; me agradan o me desagradan. Y se los hago saber sin anestesia. Los poetas de mis afectos con los que suelo intercambiar una que otra conversa en el Maule son Naín Nómez, Matías Rafide, Fernando Quilodrán, Alejandro Lavín, Juan Mihovilovich, Felipe Moncada - aunque es oriundo de Chiloé, vivió su infancia y adolescencia en Talca -, Edgardo Alarcón, Américo Reyes, Rodrigo Jara, Ricardo Opazo y Mario Meléndez, que por estos días está radicado en México.


- ¿Qué autores han marcado tu escritura, y cómo realizas el proceso creativo?

- Los poetas que me han dejado marcando ocupado son, coincidentemente, los que te nombré como autores de los libros que tú llamaste “vitales”. Ahora, en cuanto al proceso creativo hay mucho paño que cortar. Trataré de sintetizar. Llevo a la hoja en blanco experiencias que ya han decantado y macerado su dolor o su júbilo, con un estilo literario que he adquirido en 30 años de oficio y que tiene una personalidad y un carácter definidos. Poesía sobria, metadescriptiva, neorrural, entrañablemente humana, con referencias al entorno emotivo e íntimo de los elementos a la manera de Gastón Bachelard; en fin, una poesía que, sin petulancias, estimo madura. Autoedito desde 1981. He publicado la friolera de 15 títulos, los cuales he compilado en una obra poética llamada Cantos del bastón, de la cual he realizado dos ediciones (2002 y 2006). En la tercera edición de Cantos, en preparación, voy a incorporar los textos de Memorias del Bardo Ciego que estime necesarios; pero, a la vez, voy a eliminar 64 poemas de la edición precedente que ahora no me satisfacen a plenitud. Con los años me he puesto más exigente con mis propios textos. También creo en la reescritura; así, en mis ratos de ocio creativo me doy a la tarea de revisar y corregir poemas viejos que por algún oculto detalle intuyo que no están listos todavía, hasta que encuentro el defecto y enmiendo. Estimo que un poeta que se precie de tal debe considerar que su producción poética cada vez irá llegando a lectores más atentos y más agudos, y, por lo tanto, su responsabilidad y obra deben ser también cada vez más rigurosas.


- Has ganado muchos concursos literarios dentro del país. Alguien por ahí llegó a afirmar que eres uno de los escritores con más concursos en el cuerpo. ¿Sirven realmente? ¿Para qué?

- Creo que sirven en la medida que los tomas en su justa dimensión. Indudablemente, son un estímulo en un país donde la poesía, el arte y la cultura en general son considerados como el pariente pobre del crecimiento macroeconómico. A mí los premios me gustaron, sin duda, tanto por los montos en dinero como por el minuto de fama que vivía en los medios de comunicación local. Pero lo más importante para la literatura nunca han sido los concursos literarios, sino la escritura seria y responsable. Piensa lo que quieras; pero si me dices que los concursos son pura vanidad, no estás muy equivocado. Después de los 50 años, precisamente después que gané el Premio Stella Corvalán en Talca en el año 2004, dejé de participar en certámenes porque mi autoestima estaba alta y con mi trabajo de profesor municipalizado podía financiar mi ocio impune, como decía Alone. Últimamente, he dado cátedras de poesía en alguna universidad, he participado como jurado en concursos regionales y he participado en Santiago como evaluador en el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, por lo que ya no tengo tiempo ni ánimo para seguir participando en torneos y competencia. Me llegó el viejazo literario. Ahora disfruto mucho más la lectura, la escritura y la reescritura, y evito a brazo partido participar en recitales, charlas, ferias, ponencias y, obviamente, en concursos, porque ya no tolero que traten a los poetas como si fuéramos caballos de carrera.


- ¿Te interesa algún otro proyecto literario, una vez que concluyas Cantos del bastón?

- Ivo, el proyecto Cantos del bastón es un viaje sin fin, como la vida. Hasta el último día de mis días le seguiré echando una hojeada. Es un ente orgánico vivito y coleando Espero escribir uno que otro poema todavía que pueda incluir en él, pero lo más seguro es que muchos de los poemas ahí recogidos hasta hoy tendrán que dejar su lugar al silencio. La versión postrera de Cantos será la definitiva. En cuanto a otros proyectos, tengo dos sueños. Uno, recopilar y publicar mis prosas; llámense comentarios, crítica literaria, ensayos, entrevistas, etc., en un solo texto. Quizá este proyecto lo haga otra persona después de mi partida. No sé. Ahí veremos. El otro sueño, ¿sabes?, es escribir un libro de anécdotas. Creo tener bastantes historias sabrosas que contar.


- Los jóvenes escritores reclaman con frecuencia la falta de fondos públicos editoriales. Tu obra se encuentra mayoritariamente autoeditada. ¿Qué sucede?

- Si una editorial te pide tu obra, bien. Te entregarán el 10% de los libros publicados, y el resto para ellos. Negocio redondo. Puro negocio. ¿Y si no te llaman nunca, significa que no existes? Uno de los poetas mayores de la lírica universal contemporánea, Constantino Kavafis, nunca publicó un libro en vida. Editaba poemas sueltos en hojas de oficios multicopiadas que enviaba a sus amigos. No escribió más de 300 textos, que han dado en llamar poemas canónicos. Pero la calidad trascendió por una eternidad. ¿Cuántos libros lujosos publicados existen que no lee nadie? Creo que me explico, ¿verdad, Ivo?


- La mayoría de los creadores se fue al exilio entre los años 70 y 80; algunos por razones más que justificadas, otros aprovechando la última oferta del día. Tú, en cambio, decidiste quedarte en el mismo sitio de siempre, y publicaste Sin conciencia ninguna, en 1981, esperando me imagino el advenimiento del “hombre nuevo", o “un país sin propiedad privada/ sin elites vanguardistas ni cúpulas ni nada”. ¿Qué nos puedes decir al respecto?

- Te aseguro que si me hubiesen perseguido a muerte, también apreto cueva. No tengo vocación de héroe ni mártir. Reconozco sí que fue muy duro sobrevivir a la barbarie en esos años de terror fascista. Pero, ¿sabes?, y ésta es una cuestión muy importante, nos dolió más la traición de la Concertación, formada por tantos valientes exiliados que regresaron rapidito a negociar con los esbirros patrioteros locales cuando estos ya estaban derrotados por las incontenibles protestas nacionales, a negociar, digo, con nuestros sueños y utopías, con nuestros muertos, torturados y desaparecidos, por mezquinas cuotas de poder. Sus 20 años de gobierno fueron una burla para los pobres del campo y la ciudad que esperábamos un retorno verdadero a la democracia, cosa que hasta el día de hoy (2010) no ha ocurrido; seguimos amarrados por la constitución de Pinochet. La poesía siempre acompañó la lucha de nuestro pueblo; han pasado los gobiernos de turno, pero los verdaderos poetas, como Víctor Jara, son eternos.


- Siempre he creído que el poeta González Koppmann nos privó de su talento en la narrativa. ¿Tienes algún cuento por ahí guardado que puedas compartirnos?

- Escribí dos cuentos para concursos literarios y los dos obtuvieron premios. Uno se llamó “Nununca” y el otro “Biopsia”. Pero no insistí porque me dio vergüenza ajena ser tan puto; participé sólo por la moneda, como vil maraca. Para qué te cuento lo celosa que se puso Doña Poesía… Cualquier día te los voy a mostrar por ahí, en algún barcito místico del mercado de Talca, de Los Ángeles o de Madrid. ¿Terminamos?


(*) Mientras realizábamos esta entrevista recibimos la infausta noticia

de la muerte del poeta de Chillán Sergio Hernández Romero.

domingo, 3 de octubre de 2010

Falleció el Poeta "Sergio Hernández"


(Extraído del Diario La Discusión de Chillán)


Fue promovido por un grupo de chillanejos el año 2008 al Premio Nacional de Literatura. En sus poemas le escribió a la mosca, al canceroso, a Dios, e hizo una analogía con las plantas, “que nunca han sabido quienes son / y echan flores o espinas / o atrapan insectos / ellos están ahí simplemente / como yo en mi tierra”.
Es Sergio Enrique Hernández Romero, el famoso poeta, quien ayer falleció a las 20.15 horas en el hospital de Chillán, luego de haber permanecido en el recinto asistencial durante una semana, aquejado por una enfermedad que no pudo vencer, la diabetes, que a la postre le provocó una descompensación y su muerte. “Tuvo un compromiso respiratorio”, detallaron sus familiares más cercanos, lo que finalmente  provocó el final, a los 79 años.
De acuerdo a datos entregados ayer a LA DISCUSIÓN por familiares directos del literato, había tenido un repunte en su salud, sin embargo se descompensó ayer, y finalmente dejó Chillán, el barrio bohemio de la estación de trenes que conoció en su juventud y donde se inspiró para escribir sus obras, dejó las aulas de la UBB donde los alumnos conocieron su talento, dejó ese caminar lento y mirada profunda, dejó sus libros de Baudelaire, Rimbaud, Verlaine y Mallarmé, los poetas malditos, a los que tanto quiso emular cuando recién se iniciaba en el mundo de las letras. De echo, tenía un cuadro con la imagen de Baudelaire en el living de su departamento en edificio Claudio Arrau, cuando vivía en él, al cual siempre miraba como inspiración.
Deja dos hermanos, Ángel y Marta, quienes junto a otros familiares ayer hicieron los trámites de rigor para llevarlo a la Parroquia San Vicente, donde sus restos serán velados hoy. La calle Arturo Prat se llenará de seguidores de Hernández, para despedir a un hombre sencillo, que siempre escondió su talento y que nunca se ufanó con lo mucho que había vivido y conocía.
Nació en 1931, estudió en la Escuela México y en el Liceo de Hombres, y se recibe de Profesor de Estado en Castellano en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.  Luego realiza estudios de postítulo en el Instituto de Cultura Hispánica y en la Universidad Central de Madrid. Además, fue miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua, de la Sociedad Chilena de Estudios Literarios y socio activo de la Sociedad de Escritores de Chile.  
Su producción literaria se recoge entre otros “Cantos de pan” (1959), “Registro” (1965), “Ultimas señales” (1979) y “Adivinanzas” (1998). Además escribió una notable autobiografía, “¿Quién es quién en las letras Chilenas?

SELECCIÓN DE POEMAS

Carta a Dios

Fecho esta carta aquí en la tierra,
en este pequeño espectro creado por tus manos
y olvidado por tu memoria.
Las cosas no andan nada de bien por estos lados;
los diarios siguen anunciando crímenes y suicidios,
que tú permites con esa indiferencia
que parece caracterizarte
desde el principio de los siglos.
Solo te veo, a veces,
asomado a los niños,
a quienes tu transformas poco a poco,
en turbios entes desterrados;
porque es necesario decirlo,
los más esclarecidos adultos
se entretienen aquí en forma peligrosa
jugando candorosamente
con guerras y con bombas.
Yo soy la voz que clama
y reclama en el desierto,
en este mundo en que nos martirizamos
los unos a los otros.
Yo soy el que tengo hambre
y tú no me alimentas,
ando con sed
y escondes tú las norias;
soy peregrino y no me hospedas;
desnudo estoy y no me vistes;
me encuentro en la cárcel
y tú no me visitas.
Suéltanos tu maná sobre la tierra;
destruye tú, si lo deseas,
cines, automóviles,
todo cuanto no sea sangre
en nuestras venas;
repártenos mejor
las uvas, el pan, la paz
y las estrellas.
En verdad, en verdad, te digo
yo soy el que ha pecado
y seguirá pecando mientras viva;
de carne soy
y busco yo la carne florecida.
Es por amor que muero
y por andar amando me condenan.
Despierta, gran señor, de tu letargo;
suéltanos tu maná sobre la tierra.
Yo he dicho como tú:
Hágase la luz
y emergen las tinieblas;
hágase mi alegría
y surgen las tristezas;
busco y no encuentro;
llamo y no se me abre;
entré por la puerta angosta
y di con la espaciosa senda.
Pero cosecharé uvas de los espinos
y haré estallar de abrojos, azucenas.
A ti te obedecieron los vientos y los mares;
los hombres y las bestias;
montañas y ciudades;
calma, entonces, señor,
mis tempestades:
Dime si existe algo verdadero,
si tienen sentido los armamentos,
las carreras,
los terremotos,
los incendios,
los llantos,
las miserias.
Esparce tu maná sobre mi pueblo
y haz del sol la llama verdadera,
iluminando un día
para ambos hemisferios.


Alto volantín

Alto volantín de septiembre,
pequeña llama entre las nubes,
encumbrado pétalo
de mis días celestes,
duermes aún en mi memoria

sin despertar al trompo
que bailará en mi vida
eternamente.

Pasaron otros días,
fui enredando mi juventud
a viejos libros,
mi rostro tomó la palidez de los papeles;
fui dejando mi sangre en los suburbios,
pero a ti no renuncio,
derribado volantín,
trompo doliente,
mi claro amanecer
en este anocheciendo
permanente.

Plaza

Ahora no espero a nadie,
la tibia primavera
atardece en mi plaza
y en mi tarde
las parejas que creen amarse
intercambian caricias.
Desde mi ventana
un columpio vacío
avienta mis días felices;
no diré que estoy solo,
estoy conmigo mismo, simplemente,
y para acompañarme
saco un pez luminoso
de mi acuario
y con él enciendo la noche.


Hay un niño solo

Hay un niño solo
que canta en una plaza sola
de una noche sola
y gorjea como un pájaro
tirando guijarros
a mi alma
que se extiende
en rugosos círculos concéntricos.


En mi árbol…

En mi árbol de hojas desoladas
acumula el crepúsculo
sus últimos pájaros.
Casi está aquí la noche,
ella regresa siempre
pero tal vez tú nunca vuelvas.
Dispersos por el mundo,
no volveremos a encontrarnos
y a quién preguntar por ti
si conocí mejor tus ojos
que tu nombre;
si hablaron más tus labios
que tus propias palabras.
Tu recuerdo es tan vivo
que casi no me haces falta.


Sólo en este contacto

Sólo en este contacto nos unimos
en esta mordedura nos queremos
ardemos juntos como un pequeño infierno
descubrimos el mundo en este rato
y no queremos morir
o desearíamos morir
siempre que el paraíso pudiera ser este momento
qué desatado furor de carne y fuego
fugaz como el suicidio de una estrella
magnifico temblor
cósmica entrega


Vuelo

Quien no se haya tendido
bajo un bosque de pinos
frente al mar
y entregado a la tierra
jamás sabrá nada de sí mismo
ni dónde está
y errado serán sus pasos
por bares y tabernas
porque nunca verá el sigiloso tránsito
de las constelaciones
que se desplazan fulgurantes
por los cielos altísimos
yo estoy ahora
bajo un bosque de pinos
junto al mar
como todo es Dios
yo soy Dios
y esta noche gobierno las galaxias
tendido y acodado
en una de los polos de la pequeña tierra
deslumbrante es el bellísimo paisaje de los universos
ahora los pinos han dejado de rezar
y entonan solemnes cantos gregorianos
yo estoy en Dichato (Chile)


Moscas

Las moscas juegan ajedrez
en el pobre mesón
parecieran no tener preocupación
alguna
ni grandes problemas metafísicos
pero siempre andan rondando
la muerte
y la miseria
como si Dios las hubiese creado
a nuestra imagen y semejanza


Señor...

Señor
dime si existes
te pregunto en la noche
del desamparo y la amargura
mientras mis propios demonios
me clavan
a esta cruz invisible
con los horribles martillos
de la culpa


Imagen

En mi estanque interior,
tu imagen no se borra.
Tu propio viento a veces,
riza el agua
y son también hojas tuyas
las que caen,
pero tus ojos no se deforman.
Es posible que ya nada suceda
entre nosotros.

Ahora, la tarde entera
es el estanque,
huye una gaviota
hacia otros mares
y es tu sonrisa
la que parte
y es tu mirada
la que parte,
pero tus ojos nunca se deforman.

Cuento

La brisa vespertina
viene acariciando los ciruelos
tenue
imperceptible
muda
hace llover pétalos lentos
las graves palmeras son columnas
con capiteles de abanico
catedrales inconclusas
sin incienso
sin monjes
y sin ritos
me he puesto triste
sin quererlo
para ahuyentar el llanto
les contaré a los pájaros un cuento
yo quise ser un día un tallo largo
muy robusto
y muy alto
adherido a mi tronco
hubiera ascendido al mundo
hasta los astros
quise ser el árbol más grande
de la tierra
florecido en otoño
en invierno
en estío
en primavera
tan alto habría sido
que por flores tendría
las estrellas
ahora estoy aquí
me observo
nada tengo
aquí termina
el cuento
desde todos los puntos
han corrido hacia mí
todas las penas
se me desploma el pensamiento
bajo la tierra
irremediablemente triturado
soy una débil raíz
hecha de nervio

El canceroso

El canceroso
aunque con algunos dolores
disfrutaba de sus últimos días
una inyección por la mañana
dos o tres por la tarde
algunos amigos
con sus rostros especialmente acomodados a las
circunstancias
irrumpían en su habitación
se conversaba del tiempo
de los increíbles progresos de la ciencia médica
de lo mejorado que estaba el semblante del paciente
de los proyectos de la reforma agraria
de los conflictos entre marxismo y capitalismo
de los últimos viajes espaciales
a lo que el canceroso respondía
con un discreto silencio
ya que él
a través de la ventana
observaba un ciruelo florido

Acuario

Mi infancia es un acuario inaccesible
un ebrio país de trompos y palomas
al que es preciso llegar con traje blanco
en una mañana azul
de sol volcado
yo no daría ya con los caminos
pero recuerdo algunas cosas
bandas de circo
en tardes de novena
noches de riñas y cansancios
dando conmigo en un desfondado sueño
sin contorno
cuando pasaba el regimiento
abandonaba mis juguetes rotos
y era mi corazón
todo mi cuerpo
después
vino la bruma en espirales
un día
mi madre y los guijarros
dieron un seco ruido de infinito
el tiempo frente a mí empuñó las manos
Soltó pájaros negros en mis ojos
y un trozo de sol
cayó entre los labios
La tarde es un sollozo contenido
mi infancia
es un acuario


Documento psiquiátrico

Lloro por los días que perdí
y que pasaron esquinando mi vida
lloro por los días en que no anduve como otros
con las bellas muchachas
en las cálidas tardes de verano
lloro por el posible que pude ocasionar
a los que más quise
lloro por mis sublimes
por mis involuntarios
y urgentes y perentorios crímenes
lloro por el absurdo que ha significado toda mi ternura
lanzada a los cuatro puntos cardinales
y que no tuvo eco
y que se estrelló con el odio
y la mezquindad
y la ciega roca de las pobres gentes
a quienes sin embargo amo y perdono
lloro justamente por mi inconfortable ternura
celeste anzuelo
con el que también he recogido hermosas perlas}
adheridas al fondo del fango
y del abismo

Yo soy como las plantas

Yo soy como las plantas o los árboles
que nunca han sabido quienes son
y echan flores o espinas
o atrapan insectos
ellos están ahí simplemente
como yo en mi tierra
y no les interesa ser astronautas
ni andar apretujados en los metros
o en los autobuses de las grandes urbes
por las noches
albergan a los pájaros
o contemplan humildes el universo
recibiendo amorosamente el rocío de la madrugada
cuando mueren regresan al vientre materno
para nacer de nuevo
en cualquier forma
es bueno ser planta o árbol
porque de ellos será el reino de los cielos

No hay nada que agregar

No hay nada que agregar
amigos míos
una nube
a otra nube
hacen la lluvia
una lágrima
a
otra lágrima
hacen el llanto
un pobre a otro pobre
hacen el pueblo
mi casa
mi familia
la intemperie


Vivimos los días

Vivimos los días de Ana Frank
el índice es una cruz
entre los labios
Caminar en puntillas
musitar las palabras
no encender las luces
dormitar si se puede
tender el oído hacia la noche
agujereada de disparos


Soy sólo profesor

Soy sólo profesor
poseo un traje gris
y una corbata;
no puedo tener novia
ni automóvil
ni casa.

Engaño en mi función
en forma refinada
hablo del bello mundo
y de la patria,
reviso mil cuadernos por segundo,
yo paso mi programa,
le limpio la nariz a mis alumnos
aunque nadie me paga.

Las gentes ignorantes
me escupen en la cara,
me pisan en las micros,
me denigran, me ultrajan.

Mas, viendo yo a los niños,
alumbra la mañana,
retórnanse a su sitio mis sentidos
sumérjome en mi acuario conocido.


Está bien

Está bien
está bien
todo está bien
sólo que el hambre mata niños
y en la oscura humedad
crecen los muertos
y sin embargo está bien todo
y es grato haber llorado entre cipreses
embriagarse de tiempo
refrescar con amigos y cerveza
las blancas noches de verano
anclar el corazón en algún puerto
incorporar un poco de sol
al alma que habitamos
entretejer de amor
las noches y los días
y sobre todo pensar
que aún pertenecemos
a esta pequeña parte de la muerte
que hemos llamamos vida


Me persigue Chillán

Me persigue Chillán
por todas partes,
remecida uva sol;
plácida plaza
viene conmigo desde siempre
arsenal de la patria.

Chillán es lo que tengo
y eso es bastante.
Para tan grande sed
que ando trayendo
no hay otro cántaro que valga;
para tanto cansancio acumulado
no hay otra almohada.
Chillán fue mi principio,
fue mi mañana;
lámpara verdadera
nunca se apaga.


Lluvia

¿Quién canta detrás de los cristales?
Nadie canta detrás de los cristales
Sólo la lluvia cae entre las tumbas
y los muertos
lejos de despertar
parecieran dormir
a velocidades increíbles


Sacad de este árbol

Sacad de este árbol
caído
todas las ramas
todas las hojas
Y si ha dado alguna flor
también sacadla


Gentes...

Gentes del mundo
enorme y ciega tribu
de gitanos en fuga
desarticulado archipiélago
donde el dolor aterriza
y las alegrías se remontan
es preciso que unamos nuestras islas
aunque sea con un mar
creado por nuestro propio llanto


Último deseo

Antes de dejar de respirar
antes de retirarme definitivamente de este juego
no pongan ni siquiera un Cristo entre mis manos
Pon tu sonrisa y tu mirada
y que eso sea el paraíso

Es tan profundo

Es tan profundo el sueño de la muerte
que ni clavos ardiendo
ni pétalos de nieve
pueden ya despertarlo
Es tan azul el sueño de la muerte
que ni mares ni cielos
se pueden comparar a esa oquedad celeste
Es tan plácido el sueño de la muerte
que ni un niño dormido
se iguala en su quietud
en su ausente sosiego
a esa implacable ausencia
a ese sueño morado
a ese silencio largo
al más definitivo de todos los silencios

jueves, 30 de septiembre de 2010

Lucian Blaga (1895-1961) Tristeza Metafísica y siete poemas


Lucian Blaga; Poeta, dramaturgo y filósofo rumano, considerado uno de los grandes poetas rumanos del siglo XX y fiel representante del expresionismo. Nacido en una familia de tradición eclesiástica, Lucian fue un destacado alumno en la escuela alemana de Sebes, ciudad cercana a su pueblo. En esa ciudad conoce la vida de los campesinos y su medio ambiente, dejando una huella que luego la refleja en toda su obra.

TRISTEZA METAFÍSICA

En los puertos abiertos hacia los secretos
de las grandes aguas,
he cantado con los pescadores,
altas sombras en la orilla,
soñando en buques cargados
por el milagro ajeno.
Al lado de los obreros ceñidos con mallas oxidadas,
he lazado puentes de acero
sobre el vuelo del pájaro puro,
sobre profundos bosques,
y cada puente se arqueaba
llevándonos consigo por tierras de leyenda.
He demorado mucho entre las rocas
al lado de los viejos santos,
como las curanderas del país,
y he esperado que se abriera
una ventana de salvación
entre los poderosos espacios del anochecer.
Con todos y con todo
me retorcí por los caminos, por las orillas,
entre máquinas y las iglesias.
Al lado de fuentes sin fondo,
abrí el ojo del conocimiento.
Recé con los obreros harapientos,
soñé con los pastores de las ovejas
y esperé en los barrancos con los santos.
Ahora me doblo en la luz
y lloro bajo los tardíos restos
de la estrella bajo la cual andamos.
Me alcé las heridas en los vientos
con toda la criatura
y guardé ¡ay, ningún milagro se cumple!
No se cumple, no se cumple jamás.

Y sin embargo, con palabras sencillas,
como las nuestras,
hicieron el mundo, los fantasmas, el día y el fuego.
Con pies como los nuestros
Jesús anduvo sobre las aguas.

EL VIEJO MONJE ME DICE DESDE EL UMBRAL

Joven, tú que vas por la hierba de mi convento,
¿queda mucho aún para que se ponga el sol?
Quiero entregar mi alma
junto con las serpientes aplastadas en las madrugadas
por los palos de los pastores.
¿No me contorsioné yo también como ellas
en el polvo?
¿No me retorcí yo también como ellas bajo el sol?
Mi vida ha sido todo lo que quieras,
alguna vez fiera,
otra vez flor,
otra vez campana que riñe con el cielo.

Hoy me callo y el hueco de la tumba
suena en mis oídos como una campana de arcilla.
Espero en el umbral la frescura del fin.
¿Queda mucho aún? Ven, joven,
toma tierra en las manos
y pónmela encima como agua y vino.
Bautízame con tierra.

La sombra del mundo pasa sobre mi alma.

PARA LOS LECTORES

Allá está mi casa. Más allá es sol y el huerto con colmenas.
Vosotros pasáis por el camino, miráis por entre las rejas
y esperáis a que os hable. ¿Cómo empezar?
Creedme, creedme,
se podría hablar sobre cualquier cosa cuanto se quisiera:
sobre el destino y sobre la serpiente del bien,
sobre los arcángeles que surcan con su arado
los jardines del hombre,
sobre el cielo hacia el cual crecemos,
sobre el odio y la caída, sobre tristezas y crucificaciones
y más que nada sobre el gran correr.
Pero las palabras son las lágrimas
de los que quisieron llorar y no pudieron.
son tan amargas todas las palabras,
por esto, dejadme
pasear mudo entre vosotros,
salir a la calle con los ojos cerrados.

ORILLA DEL MAR

Viñas rojas,
viñas verdes ahogan las casas bajo salvajes tallos
poderosos, como pólipos
que apretasen en sus brazos una víctima.
El sol saliendo limpia de sangre en el mar
las lanzas con que mató rápido a la noche
como una fiera.
Yo
me quedo en la orilla -mi alma está lejos de su
casa.
Se ha perdido por un sendero sin fin y no encuentra
el camino para volver.

AUTORRETRATO

Lucian Blaga está mudo como un cisne.
En su país
la nieve del cuerpo ocupa el sitio de la palabra.
Su alma está buscando,
en muda, secular búsqueda,
la de siempre,
hasta los últimos confines.

Está buscando el agua que se traga el arco iris.
Está buscando el agua
en la cual el arco iris se traga su hermosura
y su inexistencia.

LA ESTALACTITA

El silencio es mi sabiduría
y como permanezco inmóvil y sereno,
tal un asceta de piedra,
me parece
que soy un estalactita dentro de una cueva inmensa
con el cielo por bóveda.
Lentas,
lentas,
lentas gotas de luz,
gotas de paz, caen incontenibles
del cielo
y se hacen de piedra dentro de mí.

QUIROMANCIA

A los cuarenta años, esperando aún,
andarás como hoy entre estrellas tristes y hierbas.
A los cuarenta años, ahogándote la palabra,
te perderás dentro de ti –buscando.
A lo largo de los años, un viento
te perseguirá bajo el cielo,
comerás miel negra y callarás doblado.
A los cuarenta como a una orilla llegarás,
donde siempre
esperarás que venga a ti la otra ribera,
eterno saqueo deseándote para los pájaros
del otro horizonte.
Por setenta y siete callejuelas
andarás descalzo y sin cubrirte la cabeza:
¿qué semilla no fue en desierto echada?,
¿qué luz no fue en vano cantada?

SILENCIO

Tanto silencio me rodea que me parece oír
el choque de los rayos de la luna en la ventana.

Una voz ajena despierta dentro de mi alma
y una canción canta
un ansia que no es mía.

Se dice que los antepasados muertos antes del tiempo
con la sangre aún joven en las venas,
con grandes deseos en la sangre,
con mucho sol en los deseos,
vuelven,
vuelven para vivir todavía un poco más
dentro de nosotros
la vida que dejaron de vivir.

Tanta quietud me rodea que me parece oír
el choque de los rayos de la luna en la ventana.

Ay, quién sabrá, alma mía, dentro de qué pecho
cantarás tú más allá de los siglos,
en las dulces cuerdas del silencio
en arpas de tiniebla, tus ahogados anhelos
y tu vencida alegría de la vida.
¿Quién lo sabrá, quién?

sábado, 25 de septiembre de 2010

Omar Lara (Nueva Imperial 1941); Los Buenos Días y Otros Poemas



FOTOGRAFÍA

Ese de la derecha, en cuclillas, debajo de la barbita de Lenin,
ese soy yo.
Es en una ciudad que vi y no vi,
tal vez estuve en ella, esta fotografía me inquieta,
debo averiguar hasta qué punto yo soy en esa imagen.
Anduve dando tumbos en esa ciudad.
Despertaba en la noche y me encontraba en ella,
con esfuerzo volvía a la realidad. Incluso tuve amores
con una muchacha, hasta que me confesó
ser sólo un espejismo. Desde entonces
evito salir sin un plano, ahora último repleto mis bolsillos
con pastillas de variado uso
y de vez en cuando me inclino sobre el pasto

y huelo,
porque reconozco, de veras,
el olor de las calles que conozco
y distingo debajo de la lluvia,
por el sabor del barro,
el lugar donde estoy.

MALAS PALABRAS PARA VIOLETA PARRA

No le escribo al cielo ni al infierno,
presumo no estará por esos lados
sino en algún lugar más o menos anónimo
haciendo

entre otras cosas

el amor
tejidos para el Louvre
una que otra canción de soledad o guerra.

Violeta

luego que decidió pegarse un tiro
en esa carpa de La Reina
todos cantaron cantos a su muerte
pocos cantaron cantos a su vida.
Fuera de una defensa de Parra Nicanor
escrita cuando vivía usted, Violeta,
lo demás era paja molida.

Yo conozco muy poco de su vida,
fuera de que su cara me recuerda
las campesinas lentas de mi tierra,
yo conozco muy poco de su vida.
Y no podría hablar con propiedad
de lo que desconozco. Sin embargo
ese gesto tiernísimo de apretar el gatillo
(¿como desafinar una guitarra?)
llenó de notas vivas su figura.
Y no es que crea que la solución
es andar a balazos con el mundo.
¿Pero a quién se le puede reprochar
que se canse

de pronto
que se canse?

CARPINTERÍAS*

Ciertamente
no es ésta una conversación
en el sentido práctico o rotundo
de las conversaciones.
Resulta
que estoy lleno de ventanas
y me revolotean serruchos
musicales y afirmo
con martillos cotidianos
ciertos ritos necesarios.
Resulta que navegan garlopas
en mi mente
y taladros borrachos
y compases

y metros.

Abuelo

constructor de íntimas catedrales
familiares,
qué construyes ahora
en tu existencia de maderas
pálidas,
qué construyes

dime.

Abuelo
juan

mendoza
con tu nombre plural, con
tus ventanas olorosas
a aserrín y virutas,
quiero decir

te digo
en último caso

y en primero
queremos organizar la tierra
y entregártela.

EL ENEMIGO

Es cierto que estoy prisionero
de algunas palabras precipitadas

y terribles
que proferí a propósito
de alguien. Alguien
con quien feroces nos herimos
y al que abrazaría de inmediato
si lo tuviera a mi lado

JUGADA MAESTRA

Ya ni te pido que descanses, pequeñísima
impostergable mujer mía.
Porque esta broma del amor, esta
jugada maestra de sentirnos necesarios
ha ganado terreno, nos ha solicitado sabiamente:
nos hemos vuelto locos.
Hemos resuelto que esto es el amor.
Sólo falta saber cómo lo utilizaremos
de qué buena manera para todos
antes que sea demasiado tarde.

MIRO ESTA TARDE QUE PERDÍ

Miro esta tarde que perdí
esta tarde limpia y brillante
no estoy en ella sin embargo.
Es que de pronto me llegó
su soplo antiguo, delirante.
Me vi corriendo sobre el pasto
entre las margaritas de Imperial
bajo álamos y eucaliptos.
Miro esta tarde que perdí,
robábamos frutas en las quintas
apedreábamos el aire
nos revolcábamos en el trigo.

Y era en tardes como ésta.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Jorge Ita; Ciudadano del Mundo y Otros poemas


A Jorge Ita (1970) lo conocí en una "lectura poética" en la Universidad Garcilaso Inca de la Vega en el año 2002, Lima, Perú.
Es periodista y ha obtenido diversos reconocimientos literarios tanto en su país como en el extranjero. Pertenece a la generación del 90, y es considerado por muchos como un referente de la Nueva Poesía Peruana .

CIUDADANO DEL MUNDO
A veces me sueño estar en un país lejano, utópico y brumoso,
Lejano y distinto al que habito consuetudinariamente
Viajando alrededor del mundo en un poema
Siguiendo atento arabescos con la mirada serena
El vuelo rasante de una gaviota chillona
Acariciando la blonda y bruna cabellera del viento
Con mis manos fragantes de leproso contemporáneo
Irradiando lacios y crespos paisajes y potros bellísimos
De reluciente piel como lisas piedras planas expuestas al sol
Veloces y delicados delfines bailoteando en su hábitat natural
Alegres y graciosos suspendidos en el aire sobre su cola de turrón
Grises jabones resbaladizos en el lavabo o la ducha a la hora del baño
Atestados de peces dorados, carpas rayadas y arrecifes de coral
En mares eternamente azules de otros continentes
O en los maravillosos lagos del vecino país del sur
Y pienso en lo que pasaron separados juntos epistolarmente
Milena & Kafka/Marlene & yo/Sergio & tú sin Tito
En los días con nieve en el aeropuerto de Frankfurt y Moscú
Dos gruesas y pesadas gotas de cera debieron ser tus lágrimas
Como los míos sapotes gordos dos saltando a la fuente de agua maga
Que es este papel en blanco en que mi pena te detallo lujoso
Y pienso aun ahora en ti mi hermana En Sergio y Tito
Como en los días de los campos de concentración Nazi
Pienso en el poeta que es Nelson Ramírez V-C en Anaheim-California
En Miguelángel Guzmán & Charito Aída Kanashiro
En Claire y lo que dirá en su flamante libro de poemas
Inquieta ardilla, temblorosa libélula o multicolor mariposa primaveral
Mi amiguito Takeshi y sus ojitos jalados por Yoko Ono
Porque ese que ves en fotos y recortes
De periódicos y soy yo siempre profesor
Que va nomás por ahí barbado calzando sandalias franciscanas
Pelolargo, lentes circulares de emoción, Blue Jean gastado
Es un pobre y triste remedo y rendido homenaje
En todos los idiomas del mundo a John, Vallejo, Quevedo y John
A Dante y Chaplín en su Cantinflas
Arguedas, José María, Garcilaso Inka y Machu Picchu
A Humareda, Picasso y Dalí Salvador
Lennon siempre Lennon en la cajita de resonancias
De mi loco y alborotado corazón musical juvenil
Orquestando (IMAGINE) una canción de amor por la paz en el mundo
Bajo la intermitencia mortecina de las luces sicodélicas
De la prodigiosa década de los 60s y 90s todavía
Llorándote en versos de pie quebrado hermana mía
La estridencia de mi malhadada canción Yeyé/Dadá
Guitarra eléctrica oxidada en ristre
Desafiando soñador y Quijote vientos gigantes Molinos fuertes
Lloviznas intempestivas y granizados aerolitos andinos
Poeta Adámico, Ita Gómez Corazón, Jurado peruano Ciudadano del Mundo
Encendiendo estrellas, guirnaldas, fósforos y velas
Happy birthday to you en el claro cielo de tus ojos MALVAS.

POEMA FAX
Un día de estos MARLE ya no me tendrás
Ni siquiera para hacerme sufrir
Ni siquiera para eso
De mí no tendrás ni la menor idea fija
Un día, al despertar, sin el maquillaje
Que te precede 24 horas cada día
Ya no me tendrás para siempre
El que te esperaba horas de horas
Se habrá marchado lejos
Al otro lado del mar
Y ni el eco te sabrá devolver mi voz
Qué inútiles habrán de parecerte entonces
La inoperancia del teléfono
Los mecanismos del Discado Directo Internacional
El número del Apartado Postal en que no existo
Para nada Para nadie
Tus 22 ó 33 años bien cumplidos o mal vividos
Todos los 3 de Mayo Cada 24 de Agosto
Con el agua derramada de tu pelo
Precipitándose como negra catarata
Por tu cara pintada de niña bonita
Metida en su pantaloncito Blue Jean
Bien apretado
Como en la foto que me negaste siempre
Yo me habré ido lejos
Al otro lado del mar
Y nadie sabrá que vivo impregnado
En tu alma En tu piel
Como la densa fragancia de uno de tus perfumes
Amándote/odiándote/olvidándote/recordándote
En el lunar o el portaligas de otras mujeres
Inyectándote en los ojos
Toda la efervescente embriaguez de París...

POST-SCRIPTUM
(JOHN LENNON IN MEMORIAM)
                                       a Nelson Ramírez V-C
Entonces la vida a ninguno de nosotros
Se nos ofrecía placentera;
Sin embargo
Tuve un hermoso sueño para ti
Lejos muy lejos del país de los rascacielos
Soñé para ti
Identikit de Kimeras/Azulejos de Cerca
Miguelángel en tanto enredaba poemas
Junto a Gustavo
Ahora tarde que trato de dar respuesta
(Escribiendo largamente) a tu ausencia
Tiembla mi pulso como el de un mendigo
Y se niega al acostumbrado lapicero
Porque de ayer a hoy he vivido
Como de costumbre
Una desesperante soledad sin voces.
Que John Lennon me perdone
Y me perdone Dios
Haber callado así

TOKAPUS SENSITIVO
Pablo es hoy, el sin reir compadre de siempre, en pleno Siglo XXI:
El mismo que perdió su amarillenta palidez
De tanto trabajar sin huelga De comediante
De peluquero de lo que sea en Santa Cruz-MiraFlores
Mirando la Caja Boba de su azarosa vida austera
El pobre ya no sabe cómo anda mi corazón
Sin su grata compañía de Jesús flagelado
Él ya no viene como antes puntualmente a visitarme
A conversarme de sus asuntos faltos o de los míos
En imprecisas antologías sin animadversión alguna
Viniendo desde sus más tiernos encierros hasta mí
Oliendo a cigarros Puros no fumados
Y a silencio perfumado de amapolas
Para conversarme, convencerme y conversarme otra vez
De sus impresiones Tokapus respecto a la bendita marginación
Que rigurosamente rigen innúmeras anónimas vidas S.A. como la suya
Antipáticas argollas que el humo del cigarro
Va tejiendo en espiral al infinito
En pomposos y rimbombantes ridículos
Diminutos círculos concéntricos de escasos mms. de diámetro ¡JA!
Rodeado positivamente de negativos
Arcángeles ocasionales fotolitos y permanente soledad
Siempre tímido y metido con/sin mandil beige
Exorcisando la prosa que no rige sus demonios interiores
En un cuartito rojamente iluminado a oscuras:
Benigno laboratorio infernal y radioactivo
En forma tamaño y color azul de corazón
Poeta fotógrafo o fotógrafo de la poesía en que vive sempiterno
Estúpidas agripadas narices oranges Crush respingadas!
Ya está bueno de tanta miopía y barata pirata tontería
Él ya no viene a visitarme ni a establecerse en mi alma
Ancashina con todo su negocio MADE IN Huancavelica
¡Jesús, María y José, qué descuido de su parte!
Y qué discurso tremendo de la mía Ahora
Habrá perdido entre su tartamudez y su prisa
Que lo demoran en llegar a sus famosas citas con la nada
Mi Tarjeta de Visita mojada por la lluvia negra de palabras
Que anoto afanoso cuando no encuentro a quien busco
Como aguja en un pajar tiempo A que no lo veo
Qué será de su vida ahora que imaginariamente no le palpo
A la diestra de nuestro poeta preferido Olger Orlando grandE
Qué será de la mía mañana más tarde cuando pase de moda
El Compact Disc y el sonido digital de la telefonía celular
Pobre mi amigo Pablo: olvidado se le ve más pálido
Cada que le recuerdo le hablo a solas
Como un loco extraviado en una mañana azul de primavera y poesía.

GIRASOLEANDO
Como un Vincent Van Gogh nervioso deshojando margaritas
Me quiere-no me quiere/Mequiere-Nomequiere agreste
Sudando frío chorros de luz y tinta seca
Se apresta mi corazón aclimatado a pasar Ticlio
Dejando impregnado para siempre la majestuosidad
Y el resplandor de la nieve en el paisaje
Hasta quemar con ella la niña de mis ojos
Bebiendo en mate burilado el licor de tu ausencia
Tras de tanto & tanto viajar & viajar
Trazando itinerarios caprichosos
Viento golondrino he ido contrariamente a ti
Para dar POP ART en alegres tonos pastel
La alegre luz de mi pensamiento al mundo
Sólo por verte redivivo en un Retablo ayacuchano
Con el agregado postal de que estuve en Ica
Pueblo ondulante de vinos UVAS dunas y arenas
En que Sérvulo Gutiérrez tan callando bellamente su vida pasa
Allí conocí la mágica laguna de la Huacachina
Y sus pocas palmeras centenarias enclavadas
Como un oasis en medio de un febril desierto
He allí encarnando al Diablo de la Tradición
Me vi obligado, al quitármelo, a perder el poncho!
Así conocí sin estar en Samaria a los samaritanos
Dulces celestes luceros guías que animaron mi largo peregrinaje
Haciéndome vivir esos días tan trujillanísimos
Como Pedro por su casa: corazón generoso:
Invitándome a tomar desayuno almuerzo y cena
Adivinándome u olido a lejos el hambre feroz
Cadena pesada que traía arrastrando desde Lima
Hasta estas altas y lejanas tierras de almas buenas
Después los perdí de vista por querer vivir
A mi suerte lo que antes nunca vi ni viví
Desde entonces les voy acortando a cada paso el camino
Con largos poemas de amor sin avenidas retorcidas
Tal el cabello de sus bienamadas hijas mayores
Para que nunca me puedan alcanzar ni tampoco perder
Tan distantes ellos de mí sin sus cartas crisantemas
Declaradas universalmente/universalmente declaradas
Ah, ostracismo de ostracismos arrancado adrede al tiempo
Madreperla de perezas mágicamente nacaradas
Peor es el tener que callárselo todo uno solo
Mejor salirse de la raya imaginaria de los labios para afuera
Y no callar. No callar. Ese es el punto:
Aprender a soldar la palabra a la acción
Como buen herrero de la tierra machacando
El herraje de sus herejías y yerros dulces
En este duro y pesado trajinador prisma de hierro acerado
Que sin medir bien antes mis fuerzas me impone la vida

POÉTICA DEL BON VOYAGE

I
Un día abandoné mi casa
Olvidé mi nombre y mi apellido
Mandé al diablo todo
Y me eché a recorrer el mundo
Montado en mi Pegaso
Como un paria
Retorné por mi madre padre y hermanos:
Mis amados Libros y Amigos.

II
LIMA-PARÍS-LIMA
Vuelta a ser poeta
Anacoreta feliz
Bohemio empedernido
Vagabundo azul
Cantante fotógrafo pintor
Filósofo trasnochado
O Profesor de Lengua y Literatura
En San Isidro o La Parada.

III
Luz de luces ya sin cruz
Reverberando como una potentísima
Luciérnaga en la ETERNIDAD
El buen ánimo, nunca quieto,
Como a un ánima me ladra
Versos, madre, versos padres
GLU, GLU, GLU sin desfallecer.

IV
Jeanett 90-60-90º Prado
Chiclecito que mascó mi amor
¡Adiós, GOOD BYE, Arrivederci!
Cuerpo de sirena Despampanante
Cabeza llena de aserrín
¡Hasta nunca encontrarnos
Hasta siempre vernos, CHAU!

martes, 14 de septiembre de 2010

Bernardo González Koppmann; La Moneda y 25 Poemas Breves


                      La Moneda

El cardenal en La Moneda
conversa con el dictador
el nuncio en La Moneda
conversa con el dictador
el papa en La Moneda
conversa con el dictador
pero el dictador no sabe
que a La Moneda
si no entra el pueblo
no entra Dios

Burguesita
Pensar que dentro de mi patria
siempre hay una muchacha prisionera
detrás de un parabrisas
detrás de un trajecito diseñado en Europa
detrás de un héroe
ignorando por siglos
la paz de andar a pie por estas calles

En tiempos de dictadura
En tiempos de dictadura
un beso se puede alquilar en cualquier calle
los escaparates se llenan de bestsellers
y los hombres se aman por decreto ley

Víctor
+1973
Un hombre
puede amar
auque esté
muerto 

Ola
Caballo
de agua
galopa
rumbo
al sol
sudando
peces

Vendedor de cochayuyo
Miro hacia el camino
y toda la antigüedad
viene descalza
tirando su mulita parda

Último vuelo
En la playa encuentro
el esqueleto seco de una gaviota
y lo cubro de arena
con la punta del pie…
Las nubes se hacen flores
y sólo el viento pasa
dándome el pésame

Gaviota
Cuando cruza volando una gaviota
queda un hoyo en el cielo
las rocas graznan
la espuma de la orilla se hace nido
el mar cuelga de Venus
la playa refleja roce de alas:
el viento es blanco
el sol es negro
y los botes de los pescadores
semejan enormes cáscaras de huevos

Morral
Lejos, de
un gancho
cuelgan
                                      las edades

Oficio
Antes de irme
dibujaré el perfume del rocío...
Será lo único que haga

Estatua
                       a L.
Fogata
fría

Agenda
Tacho estos días con lápiz mina
por si alguna vez decides regresar

                      Hueso
                     a Remi                         
Perro:
compartamos este hueso…
Quizá mañana
me entibies
con tu cuerpo

Atajo
Benditos sean los caminos
que no llevan a ninguna parte
porque en ellos
me encuentro contigo

Talca
Mi país
limita al norte
con el zoológico
al este con el Descabezado Grande
al oeste con González Bastías
y al sur con Valdivia
porque desde allá
mi hija
me mandó una tarjeta

Galán
Yo intenté
con sonrisas estúpidas
conquistar
una estatua

Peluche
Cuando no están
mis hijos
un oso de peluche
me lee cuentos

Niña
Hay purezas que duelen
como esta mariposa
parada en mis anteojos

                      Mosca
Te heredo mis sueños:
ser aire en este basural

Leyenda
Se va en el viento
el nombre de la aldea

Sabiduría
Perdonad a los jóvenes
que igual, igual, igual
regresan con la tarde

Wancu
                    a Juana Gueichatureo
                               Esta madera sentada
frente al tacho del atardecer
aún masculla los refranes
del que partió primero

 Nubes
Por el cielo pasan
las sombras de los ríos

Carta
                a V.
Tendido a la sombra de los sauces
me he estado toda la tarde releyendo tu carta
y medito sobre lo que me comentas
del recital
del libro
del poema ése
de nuestras voces retumbando en la sala...
Ay, yo te digo
que por ir a Santiago
se me secaron las matitas de tomate

Biblioteca Nacional
Mientras leemos a los muertos
se me olvida el nombre de los pájaros

Ulises
Quemé los mapas…
Ahora mi camino
es la tempestad