sábado, 25 de septiembre de 2010

Omar Lara (Nueva Imperial 1941); Los Buenos Días y Otros Poemas



FOTOGRAFÍA

Ese de la derecha, en cuclillas, debajo de la barbita de Lenin,
ese soy yo.
Es en una ciudad que vi y no vi,
tal vez estuve en ella, esta fotografía me inquieta,
debo averiguar hasta qué punto yo soy en esa imagen.
Anduve dando tumbos en esa ciudad.
Despertaba en la noche y me encontraba en ella,
con esfuerzo volvía a la realidad. Incluso tuve amores
con una muchacha, hasta que me confesó
ser sólo un espejismo. Desde entonces
evito salir sin un plano, ahora último repleto mis bolsillos
con pastillas de variado uso
y de vez en cuando me inclino sobre el pasto

y huelo,
porque reconozco, de veras,
el olor de las calles que conozco
y distingo debajo de la lluvia,
por el sabor del barro,
el lugar donde estoy.

MALAS PALABRAS PARA VIOLETA PARRA

No le escribo al cielo ni al infierno,
presumo no estará por esos lados
sino en algún lugar más o menos anónimo
haciendo

entre otras cosas

el amor
tejidos para el Louvre
una que otra canción de soledad o guerra.

Violeta

luego que decidió pegarse un tiro
en esa carpa de La Reina
todos cantaron cantos a su muerte
pocos cantaron cantos a su vida.
Fuera de una defensa de Parra Nicanor
escrita cuando vivía usted, Violeta,
lo demás era paja molida.

Yo conozco muy poco de su vida,
fuera de que su cara me recuerda
las campesinas lentas de mi tierra,
yo conozco muy poco de su vida.
Y no podría hablar con propiedad
de lo que desconozco. Sin embargo
ese gesto tiernísimo de apretar el gatillo
(¿como desafinar una guitarra?)
llenó de notas vivas su figura.
Y no es que crea que la solución
es andar a balazos con el mundo.
¿Pero a quién se le puede reprochar
que se canse

de pronto
que se canse?

CARPINTERÍAS*

Ciertamente
no es ésta una conversación
en el sentido práctico o rotundo
de las conversaciones.
Resulta
que estoy lleno de ventanas
y me revolotean serruchos
musicales y afirmo
con martillos cotidianos
ciertos ritos necesarios.
Resulta que navegan garlopas
en mi mente
y taladros borrachos
y compases

y metros.

Abuelo

constructor de íntimas catedrales
familiares,
qué construyes ahora
en tu existencia de maderas
pálidas,
qué construyes

dime.

Abuelo
juan

mendoza
con tu nombre plural, con
tus ventanas olorosas
a aserrín y virutas,
quiero decir

te digo
en último caso

y en primero
queremos organizar la tierra
y entregártela.

EL ENEMIGO

Es cierto que estoy prisionero
de algunas palabras precipitadas

y terribles
que proferí a propósito
de alguien. Alguien
con quien feroces nos herimos
y al que abrazaría de inmediato
si lo tuviera a mi lado

JUGADA MAESTRA

Ya ni te pido que descanses, pequeñísima
impostergable mujer mía.
Porque esta broma del amor, esta
jugada maestra de sentirnos necesarios
ha ganado terreno, nos ha solicitado sabiamente:
nos hemos vuelto locos.
Hemos resuelto que esto es el amor.
Sólo falta saber cómo lo utilizaremos
de qué buena manera para todos
antes que sea demasiado tarde.

MIRO ESTA TARDE QUE PERDÍ

Miro esta tarde que perdí
esta tarde limpia y brillante
no estoy en ella sin embargo.
Es que de pronto me llegó
su soplo antiguo, delirante.
Me vi corriendo sobre el pasto
entre las margaritas de Imperial
bajo álamos y eucaliptos.
Miro esta tarde que perdí,
robábamos frutas en las quintas
apedreábamos el aire
nos revolcábamos en el trigo.

Y era en tardes como ésta.

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