sábado, 14 de abril de 2012

Comentario de "Cuando los árboles se olvidan del otoño" por Matías Escalera Cordero



Cuando los árboles se olvidan del otoño, poemario de Ivo Maldonado

Por Matías Escalera Cordero

Puesto en la situación de definir sucintamente la poesía de Ivo Maldonado a la luz de este Cuando los árboles se olvidan del otoño (2010), su tercer poemario publicado, tras Anamorfosis (2000) y Pequeña Antología de la Nada (2002), habría que contestar lo siguiente: la poesía de Ivo Maldonado es, en primer lugar, una poesía asertiva, propia de aquel que sabe qué quiere decir y por qué quiere decirlo, algo que no es una cuestión menor en el arte, en general, y en la poesía, en particular. Además, es una poesía lingüística y visual, a un tiempo, del que considera que el texto poético no sólo es un espacio lírico –esto es, prosódico, rítmico y conceptual–, sino también una construcción plástica, en la que ningún detalle es fruto del azar (ni el uso de las citas, ni el de las barras, ni el de la letra cursiva, las negritas o el subrayado; y menos, la disposición de los bloques de versos…) Una poesía con imágenes y recursos brillantes, del que sabe no sólo qué quiere y por qué quiere decirlo, sino que sabe también cómo decirlo: una de las condiciones esenciales del arte comprometido con el mundo, según Bertolt Brecht… Una poesía en la que, a menudo, conviven varios poemas en un solo poema, como si constituyesen una unidad compleja y diversa, a la vez, tal como se puede apreciar en este número [21] de la serie…

 Un día estuve en la Ciudad Luz
       no fue gran cosa ver la Torre Eiffel

     Los turistas asiáticos
     presionan sus flashes
  como moscas parpadeando la nostalgia
     en cinco minutos son capaces
 de alumbrar el universo

¿Qué candelabros pueden encenderse para ellos?
    Wilfred Owen

Acércate a mi primer acto
estará la radio/ la televisión
Los días serán largos/ siniestros

Acércate a mi primer acto
juvenil/ amable/ silenciosa
Recuerda que todos somos inocentes
deseándonos en el púlpito

Pero, sobre todo, es una poesía, que a pesar de su asertividad, o quizás por ello mismo, es profundamente dialógica y está llena de sentido; es decir, que nos interroga y se interroga, al tiempo que no pierde en ningún momento “el relato”; una poesía que se construye a partir del encuentro y la experiencia de la realidad real, esto es, de las causas reales de nuestra soledad, de nuestras derrotas, de nuestra indefensión y de nuestra fragilidad, pero también de las raíces reales de nuestra rabia y fuerza interior, de nuestros deseos y de nuestras esperanzas. Una poesía que nos interpela continuamente, pues contiene en sí la segunda persona (sea del singular o del plural) y en ella se cimientan formalmente muchos de sus poemas: pues es una poesía de alguien que no nos ignora, que no ignora lo otro y al otro… Que, en realidad, fundamenta en el otro y en lo otro la escritura del mundo interior que se expresa de modo tan bello y enigmático, a veces.
Una poesía, en fin, que merece la pena ser leída y recibida con suma atención y sumo respeto; con todo el respeto y la atención que su autor, por la calidad personal de que hace gala, se merece.
Consideremos, en este punto, algo que a menudo pasamos por alto, pero que, en muchas ocasiones, resulta determinante para entender aquello que nos aventuramos a leer, bien por las pistas que se nos ofrecen, o por las intenciones fallidas que expresan; son las citas iniciales con las que el autor abre su poemario; en este caso, creo, pistas esenciales para entender lo que leeremos a continuación

Los poetas están malditos pero no ciegos; ven con los ojos de los ángeles
William Carlos Williams

Estos árboles no se conforman con menos cielo
Estas piedras no se conforman bajo los pasos extranjeros
Estos rostros no se conforman más que al sol
Estos corazones sólo se conforman con la justicia
Yannis Ritsos

¿Cómo convencerá el asesinado a su asesino de que no ha de aparecérsele?
Malcolm Lowry

Y los dos últimos versos de este Cuando los árboles olvidan el otoño
Para qué perder y luego levantarse
si cuando llega el triunfo ya es tarde para empezar de nuevo

A lo que uno, como lector (“el otro”, presente), desde el otro lado (desde “lo otro”), podría bien responderle, “porque hay que hacerlo, hermano; porque hay que hacerlo…”

miércoles, 11 de abril de 2012

"Donde pongo el ojo, pongo el corazón", 3 poemas de Minerva Aguilar Temoltzin


Minerva Aguilar Temoltzin (1975), Es originaria de  Chiautempan, Tlaxcala. Realizó estudios de Literatura Hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, así como la maestría en Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad de las Américas de Puebla. Entre sus publicaciones cuenta con la plaquette Imágenes de luna en el espejo (1997) auspiciada por el ITC y el CONACULTA. Tiene publicados los libros Amor-Atados (2002),  con el cual obtuvo el Premio  Estatal  de  Poesía  “Dolores Castro” 2000,  escribió   En  la  piel  de  nadie en el año 2005,   el  poemario Exit 2012  está en proceso de publicación el cual realizó con el apoyo del FOECAT en el 2010.
   Se encuentra antologada en los libros Espiral de los latidos. Poesía Joven de la zona centro, (México 2003), Como ángeles en llamas. Algunas voces latinoamericanas del siglo XX (Perú 2004), Letras del desamor. Selección de poesía de autores contemporáneos (Uruguay 2005), Círculo de poesía 7 (Uruguay 2006), Aquí todos soñamos. (México 2007), Antología. Musa de Musas. (México 2008), el libro Doscientos años de poesía mexicana (México 2010), entre otros.
     Ganó en el 2008 el Best of show in Poetry en el concurso “Sabor Hispano” con el poema “Último capítulo” por la Universidad de Texas Tech, Estados Unidos.


Donde pongo el ojo, pongo el corazón

Hoy levanto las manos ustedes han ganado esta batalla
les aseguro que todo lo mío es suyo
y todo lo suyo no es mío.
Ustedes se han  llevado la llave de mi esperanza
me rindo, como se rinde un herido de muerte
se apagan las luces de este escenario.
                              
La desolación la conozco bien
donde pongo mis ilusiones pongo mi ser,
he dejado esta ciudad derruida
hoy no siembro claveles
para no acordarme de tu aroma.


Quiero decirte que

en nombre de mis antepasados
de las mañanas cálidas
y el agua en la cafetera

en nombre de mis padres
de mis enemigos
los que me ignoran
y me padecen

en nombre de mis secretos
mis indiscreciones
mis juicios errados
y anticipaciones

en nombre de las distancias
de mis infiernos y paraísos
de las palabras
que no pude decir por cobardía o coraje

en nombre de los que no tienen nombre
los olvidados
los que no tienen lágrimas

en nombre de las hormigas negras
los pájaros en vuelo
los abrazos de un manco
y los sueños de los ciegos

en nombre de lo que soy y no soy
de este pedazo de dudas
mis entrañas

en nombre de mis ríos ignorados
y desiertos conocidos
de mis memorias robadas

en nombre de mis pesares
y de esta historia
por favor quédate conmigo


Hay días que se empolvan

Tengo ganas de ponerme mal
llorar esta angustia
alisarme los cabellos sobre el segundero
quiero irme para siempre
venderlo todo
close my room
close my eyes


Quisiera escapar entre puertas
y ventanas mal heridas
no esperar nada
sólo estancias pasajeras
pintarme los párpados de azul

Quisiera adivinar mi futuro
echar las cartas y sacar dos de oros
despertarme de este mal sueño
sacarme las pupilas
hay días que se empolvan
como hoy

martes, 27 de marzo de 2012

POESÍA TURCA; ILHAN BERK


"Lo que es difícil es vivir la vida del poema, escribir viene luego"
                                                                     Ilhan Berk

Finalizada la década de los 30, tiene lugar en Turquía un movimiento de reforma social y política, el Tanzimat, que alcanzará a la poesía y la llevará por un extraño y largo proceso de renovación, el cual va a durar hasta nuestros días. Una renovación que tendrá su asidero en la constante convivencia de dos corrientes: la poesía popular, cultivada por los trovadores y derviches, religiosos mendicantes que combinaban poesía y música e improvisaban sus melodías y poemas acompañados de algún instrumento; y por otro lado estaba la poesía de los aristócratas e intelectuales, la llamada poesía de Corte o Diwan.
La Diwan, vinculada estrechamente al islam, al mundo árabe y persa, es la más representativa, caracterizada por los juegos de palabras y, en mayor o menor medida, por la oscuridad y hermetismo de su lenguaje. Es a esta tradición a la que pertenece Ilhan Berk (Manisa 1918 – Bodrum 2008), uno de los mayores poetas turcos de todos los tiempos.
Berk fue traductor y educador, y dedicó casi toda su vida a la creación poética, entregando al mundo una obra sólida, de contenida perfección formal, que es posible avistar en sus libros más celebrados: “Estambul” (1947); “Buenos días Tierra” (1955); “Ceniza”(1978) .
Su poesía, integrada en el llamado “Segundo Nuevo Movimiento”, grupo de exaltada renovación de la poesía turca, es una poesía que en realidad rebasa cualquier delimitación, cualquier inserción en sectas o grupos; como suele suceder con los granes artistas, la poesía de Berk escapa a cualquier sobrenombre. Poesía de las cosas materiales, pero también de los nombres y el lenguaje, poesía de los sultanes, los paisajes, las calles, los galeones, las mujeres y los pájaros, el mundo poético de Berk es a la vez una denuncia de las convenciones del lenguaje y una interminable búsqueda de pureza, abstracción y, a la vez, de continuo renacer, continuo asombro por la palabra y en la palabra.
Berk nos introduce en un mundo poético donde lo antiguo y lo nuevo se funden, donde se crea un mundo que es una forma del paisaje, de lo que vemos y soñamos. Una poesía que renueva la idea de amor, porque el amor se renueva con cada palabra; pero también es una descripción de lo que podemos tocar y oler, ver, conocer, olvidar. Y en eso reside su grandeza. En acercarnos el mundo cuando éste parece a punto de escapar.De acabarse.

NUNCA VI TALES AMORES NI TALES SEPARACIONES


Siempre que pienso en ti
Una gacela se inclina a beber agua
Y yo ensancho los prados

Contigo cada noche
Una aceituna verde
Y un pedazo de mar azul
Llévame contigo

Cada vez que te sueño
Planto rosas donde mi mano toca
Doy agua a los caballos
Y me enamoro aún más de las montañas

PRIMERO EL CIELO SE FUE SIN MÁS

Primero el cielo se fue sin más
Delante del cielo el pasaje de Hiristaki, la Oficina Americana de
Noticias, la taberna de Lambodis de Saint-Antoine delante
del cielo
Luego los palacios en los que nunca pensamos, Ciragan, Yildiz,
las tazas de café de Teodora, los soles, las calles
En el mirador del jardín nos sentamos una tarde, los campos que
Selim III miraba fijamente cada mañana y decía
qué hermosos delante del cielo
Ese cielo es el de Ilhan Berk ese que baja a los bazares, las casas en
cada poema, ese que borda fina y primorosamente y luego
deja en las manos de los presos
Ese que pone delante del niño nacido una mañana y a la madre del
niño pregunta qué es
Ese que mirábamos por un céntimo, por ningún céntimo, ese que nos
gusta más en los ojos de las mujeres y los niños
Ese que Berrin Tasan decía que había visto en Buenos Días Tierra y
para mirarlo bajaba de los ferries de los trenes
Ese que cuando no hay nadie en casa se queda dormido,
ese que se desnuda se lo quita todo y se excita los pezones
Ese que es tan grande que ocuparía cien páginas mil páginas ese que
cogemos por las mañanas antes de salir y con el que volvemos
por las noches
Ese que es tan bello que puede matar que se parece a las amapolas
blancas, a las chicas, a los niños
Ese que se destapa
Como una sábana
Que es inmaculado
Que es asesino
Es este cielo
Se levantó por encima de la torre de Gálata
Se fue al mar.


SONETO

Los soles, ella lo es todo de todo, yo estaba parado en
Un mar.
En la luciente aurora, como Menelao, me levanté
Y ahora reino de modo soberano en un país nuevo.
Al divisar tu cara me torno blanco como una rosa.
Tal vez nos hallábamos en los cielos de los primeros días
Donde una nube y un viejo galeón chocaron.
Una mañana absorbí el mundo con una honda mirada:
Hasta el aliento de los potros mi oscuro rostro se deslizó.
Por aquel entonces, en Troya tu belleza era única.
Cuando arrastraron el océano a tu lado.
Una vez más, como la aurora, brilló tu belleza:
Ahora mis rayos de sol caerán para llevarte a horcajadas.
Mi aliento de clavel dejaste atrás sin poder verlo.
Y sin embargo con una mirada me hubieras hecho hermoso.

MENOS

Una mañana nos despertamos para encontrar todas las puertas
Cerradas y todas las calles ocupadas
No es cosa fácil recobrarse
Temo que las calles ya no se alarguen más y acaben en algún sitio sin ti
Que sin ti ni una ventana pueda abrirse ni un mar pueda
Espontáneamente llegar a detenerse ante tu casa
Ni la lluvia pueda pensar en caer de repente sin ti

Quizás vivir en Bizancio esté bien o quizás esté mal o quizás
Ni siquiera puedo decir esto
No me gustan las calles sin tiendas ni cafés ni me gustan
Tampoco las habitaciones ni los muros
No me gustan ni pizca los reyes
Supongamos que lo que dijiste resultara cierto, demos por
Sentado que primero saliste de nuestras calles
Nada de pebeteros nada de pescado friéndose
Tú estás en una calle
Todo lo declaré ausente verdes lechugas y membrillos y el
Color de la pobreza
Un montón de cosas no irá a los hombres no en un día
Qué más quieres lograr ya estás aquí
Constantino VI te ha concedido todas las aguas
Esto no es cambiar el universo
No lo es.

OSCURIDAD DEL SÁBADO

Caminaremos durante un milenio
Saldremos primero a una calle

Un genovés me traerá noticias tuyas
Te esperaré desnudo

Nos ven desde Santa Sofía
No hay nadie que no nos vea

La oscuridad del sábado
Mira fijamente la iglesia polaca

Hemos esperado durante un milenio
Por primera vez estamos juntos en un poema

Dejando sus prendas a la noche
Correrán con nuestras noticias al sultán Mehmet

No puedo decir espero verte de nuevo
Pues nunca más podríamos volver a vernos.


ILHAN BERK RELATA LOS SUEÑOS DE LA TORRE DE GÁLATA


Soy una torre en Estambul. Prendí fuego a Estambul una mañana. Primero quemé la calle, dónde vivía ella. Aun se hallan entre mis recuerdos un niño, una mujer medio desnuda, un atardecer, aun se rezagan en mi memoria. Quemé los pájaros y los árboles. Sabemos que los pájaros y los árboles son incombustibles ¿verdad? Pues los quemé. Vi su boca que no se podría cambiar por todo el oro del mundo. Su boca me recordaba sin cesar ríos, tiendas, soles, trenes, caminos, bazares. Sus brazos prendieron fuego a los ardientes ríos toda la noche, toda la noche como si no estuviéramos en el mundo.

Quizá estábamos en esas mañanas no tocadas aún por la mano de Ivi
Eso era lo que decía yo.

Plantemos las flores dije
¡Basta ya! Que no siga doblado el mar

Desdoblé el mar.

(Me llevé a los hijos del sultán Ahmet II a ver el cielo de Leyla Hanim, la poetisa)

domingo, 4 de marzo de 2012

Jorge Contreras Garrido (Los Ángeles, Chile, 1994) "La Antipoesía del absurdo"


Soledad de la araucaria

Por tu altura gravitacional
Te acompañan piñones crucificados
Que anticipan la muerte
En el centro de presencia
Sin luz
Sin sombra
Que viola al Sol,
rosando la transparente brisa
despertando las miradas de los turistas invisibles
que no vienen ni en enero

Ay mi soledad Araucana
Cuando estás en mi boca
Resucita tu recuerdo ausente
Tus olores perdidos
Tus visitas frutadas

Ay la quebrada del río
Que infarta un mareo
Que llora sin penas

Levántate paisaje desterrado
Baila al son del kultrún,
como si un terremoto hubiese bajo tus pies
Levántate y corre,

Ahógate
Pierde la respiración
Mata a los pinos huachos que plantaron los inconscientes en la punta de tu ombligo
Baila paisaje
Como quien enloquece
Como el corazón que se agita y muere por ti
Como una guagua desnutrida, gritando, llorando desesperada en busca de una teta por leche.

Si mañana llueve de nuevo
Tu pelo va transpirar el olvido de tu soledad. 


Delata Rural Ventana

Los tomates de la zona
El frio por la ventana
La nube tapando el porvenir
El porvenir tapando la nube
Mi hermana está por venir
Las frutas y la verdura
El olor da un color de sus dolores
El Quilque se quiebra
La venta ambulante
Mil sonido, dos parlantes
Mil caminos, un caminante
Apoyarse en el rojo
A la entra de la puerta
Vi a tu gemela
¿La gente junta leña pal ´invierno
O junta pan pa´la once?
La abuela camina con los dedos entre manos…
No hay amor pero hay sombra
No hay cien años pero hay soledad
No hay torero pero harto miedo
Hay María pero ni santa ni virgen
Hay onda pero es de la mala
Hay locos pero no tristes…
Se acabo la semana, empezó el descanso
Hay Hechos y bien Consumados 
A barrer las hojas por que llego el otoño
A sacar paragua empezó la lluvia
A cambiar el frente, nos modernizamos
A tomar gato y bien negro
A cerrar el amarillo se fue el verano
A cerrar las puertas llegaron los cargantes
Los escombros toda están
Me voy de la pega en mi bicicleta
Entre manos, te toco la cara, no hago daño
Vida tranquila de la inocente
Mirada sapa del copuchento
Saludo de despedida
Empieza la salida
Zapato y cajón roto
Hágame fuerza
Se lleno de agua
El fin de tú ciudad es el inicio
De mi verde, sol libre
Pasto pasto, pasto seco
Tierra moja´ y tierra seca´
Choclos y postes chuecos
Silencio ruidoso
Mi casa la cierran las hojas naranjas
Vivo tranquilo
Roja mosqueta niña coqueta
Sol escondio´cabro dolio´
Me paro y agradezco
Me olvido, atrás queda mi puesto … 

(Narrativa de un Viaje en micro Los Ángeles - Las Vegas, viernes 25 de marzo de 2011 18:30)

Donde mis ojos no te vean

De pronto me quedo con la sensación que las nubes son el reflejo del mar,

Tal como si existiera un espejo entre el agua y el cielo;

Como si el celeste interpretara al azul.

 

 

viernes, 2 de marzo de 2012

Pascuala Küyen; "La poesía también se escribe en las protestas"


Nació en la ciudad de Talca, (Chile) el 3 de septiembre de 1990. Vive parte de su infancia en la octava región, emigrando nuevamente a su ciudad natal, junto a su madre, a la edad de 7 años.
Cursó la enseñanza básica en la Escuela Uno San Agustín y la enseñanza media en el Instituto Superior de Comercio, donde participa en el Taller de Poesía “Sol Azul” dirigido por el poeta Bernardo González.
Actualmente estudia Derecho en la Universidad de Talca. En el año 2009 publica el poema “Canción de la Tierra” en la Revista “Cuadernos del Maule” de la Sociedad de Escritores de Chile. Participó activamente del movimiento estudiantil del 2011.-

Barrio Seminario

La lluvia barniza las mediaguas,
Les dibuja con su témpera
Lágrimas en la cara.

A veces un perro solitario,
Amigo de mi gato,
Cruza la calle lamentándose
Porque este invierno
No florecerán los ciruelos.

Me siento despoblada
Sin las tejas de mi casa,
Indefensa sin las trancas:
Los peones de las puertas.

¿En qué rincón de la panadería
Se marchitaron los adobes?
¿Bajo qué neumático del taller
Se escondieron los adoquines?

Los borrachos se quedaron sin templo,
Los universitarios se tomaron las pensiones
Y los galpones de comida rápida
Mataron la bohemia de los bares.

La Alameda
Está hastiada con su nuevo vestido,
Mientras a ella le cambian la ropa
Nosotros observamos su desnudez
Atrincherados en las covachas.

 Péndulo

El eco transparente
De mis sombras ignorantes
Se mece en el cuello
Dejando al saber
En la punta de la lengua.

Están tendidas las ideas
Bajo el ala de mi boina,
Descascarando los siglos
Silbándole alguna canción
Al iluminismo de los pajarones.

Entonces viene él,
Con su remolino de significados,
Haciendo girar cuál abanico
Las hojas del diccionario.

Es el dedo de la sentencia,
Del conocimiento presumido,
Del péndulo estancado.

Tal vez su oscilar
Me vaya borrando
O simplemente
A la “z”
Me haga mucho más pequeña.


Los Entusiastas
                                   a Mis Compañeros Estudiantes

A los entusiastas
Nos parió la tierra
y nos crió el cemento
que sostiene la marcha.
En nuestros puños gritan
las letras proletarias,
en los pañuelos sonríe
la esperanza de los mudos
y al pavimento que pisamos
le florecen horizontes.

El ideal que nos puebla
no sabe de democracia
ni de acuerdos políticos,
pero se perfuma de conciencia
cuando lo oprimen los balines
y lo ahoga el guanaco.

Nuestro lienzo de dignidad
no conoce privilegios,
se pasea sin zapatos
por las mentes estrechas,
satisface su hambre
en nuestra lucha.

A la unidad de los cantos
le amanece la victoria,
porque hemos aprendido
a abrir los caminos,
porque somos el fuego
que libera la calle
.

Agua

Desde la soledad vigorosa, canto.
Con la intensidad del hambre, necesito.
Extraño beber de tus frases
Para marear mis penas,
Comer de tu aroma
Y calmar mi apetito.

Mi aislamiento nativo
Se termina con tu regreso,
Aunque por cada esperanza
Nacida de una vuelta
Se marchiten de bóveda  los días.

Este es un destierro de silencio,
De sentidos sin timbre,
De creatividad latente e incolora.

Construí de hielo mi infierno,
Moldeando el adiós
Como un bautismo
Por si a lo largo de tu vida
Quieres comprar indulgencias,
Esas dulces paredes de tu indiferencia
En que navegan mis faluchos…

El gesto está desierto,
Hace casi dos meses
Que ha muerto de sed.

Gramatical

Lo sorprendí inclinado en los andenes,
Alumbrando las direcciones
Con la resonancia de su oscuridad venidera.

Camina agolpándose en los papeles,
Acariciando las figuras
Para que florezcan sobre sus rostros los sonidos.
Me enlaza los dedos
Hilvanándole un muelle a las voces
Que asoman como testigos
De los espíritus mudos.

Su nombre
Nace sin lápida en los oídos,
Amanece con culpa en las frases ordinarias.

Aunque ahora se vea desteñido,
Como si su reflejo metálico no existiera,
Se da ronda entre los valles
Cual nómade de las calles ancladas,
Veloz y escaso,
Bailando en un tallo.

Silencio,
Te apagas en mi ausencia descrita.


Escorpión

De nuevo está fumando a oscuras,
Haciendo que su tristeza nicotinada
Rebote contra el vidrio e inunde el espacio.

A veces,
Se lleva una mano a la cabeza
Para secuestrar las ideas.
Otras,
Se queda desleído en las cortinas,
Ahogado en la soledad contagiosa
Del humo de los cigarros.

Su silencio
Es la universalidad de las voces,
Su ausencia
Es mi conformidad de saber que existe,
La enfermedad que habita
Cuando el dolor se empaña en la cara
Y te transforma desde los pulmones.

¿Por qué no abre las ventanas?
¿Son las penas abrasadas?
¿El sabor del alquitrán atravesando las vidas?
O ¿la metamorfosis de la ceniza?

La rutina nos encadena
A la estación de las dudas
En que los marginados son mayoría,
Donde el  trazo del calendario,
Nos pinta sendero únicamente a nosotros.

Para escribir no necesito viajes,
Solo la compañía taciturna
Que me regala su aroma.
Porque mi inspiración
Son las caricias que no siente,
El aire tejiendo en su piel
Cuando camina.
















martes, 17 de enero de 2012

Karen Valladares; Poesía Joven de Honduras





Karen Valladares: (Honduras, Tegucigalpa, 1984). Poeta, escritora, gestora cultural, co-directora de la revista de literatura METAFORA.



Obras publicadas: Ciudad Inversa (poesía). Su trabajo ha aparecido en las siguientes antologías:

Sociedad Anónima, Honduras, 2007; Nueva poesía contemporánea de América Latina 2010, Argentina, editorial Miselena Caserola,(2009); Poesía joven Iberoamericana, 2010, editorial cartonera, Cascada de palabras; Canto de sirena, Colección femenina iberoamericana 2010, editorial cascada de palabras, México 2010. Además, algunos trabajos suyos han aparecido en la Revista de Poesía de la UNAM. Ha participado en el 1er. Encuentro Centroamericano de escritores, Honduras, 2004; III encuentro internacional de poesìa, "EL PACIFICO ESCRIBE", Acapulco, Guerrero, México, 2010; 1er. encuentro internacional de poesía joven Vásquez de Coronado, Costa Rica, 2010.



Visita a la tierra baldía
Dulce Támesis, discurre en calma, hasta que termine mi canción.
T.S.Eliot
Me niego a la mala poesía,
a lo cursi,
a lo sublime,
a la voraz precocidad del sexo,
a lo que no trasciende.
Me niego al bullicio del mar,
a la luna no vista en mi cielo,
a las estrellas de mar que no tengo,
a las voces que hay en mis oídos,
al llanto de Pizarnick,
a la locura de Panero,
a las Flores del mal de Baudelaire,
al vanguardismo llorón de Neruda.
Prefiero el balazo en Roque Dalton,
o hasta una canción de Silvio cantada por Café Tacuba.
Lo tradicional aburre.
Aburren los mismos callejones,
los sonidos.
Si fuese posible desaparecerlo todo.
¿Qué me queda entonces?
Yo asumo la idea de visitar la tierra baldía de Eliot
y me dedico a perfeccionar mi muerte.
No al estilo Plath o Storni.
Me niego a lanzarme al mar con dos piedras en las manos,
a ser la loca del muelle.
Me niego a todo
a todo.
A mí misma, por supuesto.



“Hablaré de mi infancia,
Hablaré de las pequeñas crueldades de la infancia”
Anne Sexton

Hablaré de mi infancia,
de mis vestidos cuadriculados,
de mis muñecas polvosas,
de mi casa de madera.
Y diré que soy la segunda hija,
 y diré que soy la única mujer,
la que siempre jugó sola,
con todos los fantasmas de la casa,
la temerosa.

Hablaré de mi infancia
de todas las enfermedades que me rodeaban,
del viento que congelaba la ventana desplomada,
de todas las veces que mis padres llegaban del trabajo a media noche;
de las voces que venian del patio trasero,
de los fantasmas que me hablaban desde el armario,
desde el libro añejado que jamás intenté leer
y que no recuerdo su titulo.
Desde el vidrio empañado del espejo;
otra vez el espejo empañado.

Hablaré de mi infancia
sin temor a regresar a ella
a volver a vivirla,
 a volver a caminar,
con las rodillas empolvadas,
con el pelo largo hasta la cintura,
con la fría timidez en mis ojos,
con el silencio revalzandose en mi boca,
con la soledad en mi cuarto,
con la soledad en todas las paredes de mi casa,
con la soledad ,
siempre la soledad
callandome la voz inocente
que guarde toda  en mi infancia
Tan cruel todo

Tan cruel la vida,
el amor,
la distancia,
el silencio,
el vacio de mis ojos y los tuyos,
el frio de mi espalda,
la ausencia de tu cuerpo,
la tibieza de mis pies,
mi cama vacía,
mis manos esperando.

Tan cruel entonces la espera
el reloj en marcha,
el tiempo;
el maldito tiempo que no marchita
que no se consume,
que no se ahoga,
que no se mata de una sola vez
el maldito tiempo
que no cabe en el puño de mis manos
en una mirada arisca
en un murmullo apenas.
Tan cruel el mundo
la vida
el tiempo
el amor
siempre el amor
ese fruto que se pudre aveces en nuestra boca
eso, es lo más cruel
lo más lejano, a veces
lo más impío
lo más inmortal.
Lo màs terrible que le puede pasar a un ser humano.

Loca


Me he vuelto loca
Me considero Pavlot
Llena de perros por todos lados.
Cuidándolos mansamente como si en verdad fueran mis hijos.
A cada uno les he dado un nombre y un apellido.
Quizá hasta una historia.

Me he vuelto loca.
Me considero la mujer de todos los hombres
Porque todos los hombres quieren amarme
Soy los angeles de Pizarnik
Y me desespero cada vez que pierdo los hilos de Ariadna
Para llegar al hombre amado.

Si me he vuelto loca
creo en el suicidio
y pienso eternamente en Virginia y en Plath
y en Storni, y pienso que junto a ellas yo debería de estar en el otro mundo;
tomando el te a las 3 de la tarde y hablando cualquier cosa menos de poesía
en cualquier terraza polvosa de esta ciudad maloliente y nauseabunda

Me he vuelto loca
y me arranco los pelos
los ojos
la mirada
el vestido o el bluejeans
los zapatos  de charol
las uñas mugrientas
y la boca torcida.
asi de loca he quedado.
Ni Freud me ayudara con sus teorías
mi locura es eterna
infinita
ciega
y un poco romantica algunas veces.

Me he vuelto loca
me invento un nombre todos los días
porque todos los días creo que soy una mujer diferente.
Si, soy la loca de la casa; lo admito
y nadie mejor que yo saborea la locura en todos sus ángulos.

Amanezco
Amanezco, y no precisamente en la mañana.
Abro los ojos, y caminan lento buscando quién sabe qué cosa.
Aquí las horas tempranas envuelven por completo la casa.
Sigue latiendo algo dentro de mí,
y mi cuerpo tendido en la cama,
pensando en todo;
pensando con los ojos abiertos,
con las manos abiertas,
con el corazón abierto como flor,
con las palabras abiertas, pero mudas.
Con los pájaros nocturnos yéndose a su nido
y no a mi techo
y no a mis árboles
y no a mi patio trasero
y no a colgarse a los balcones
y cantar cualquier cosa que se les ocurra.

Amanezco y no precisamente en la mañana.
No precisamente en la tarde;
no precisamente en la madrugada.
Aquí el tiempo se diseca,
se vuelve otro,
se reinventa,
renace,
huye,
y vuelve cada vez que quiere.

Amanezco,
y no precisamente en las jornadas correctas del tiempo.