sábado, 12 de febrero de 2011

Malcolm Lowry, "El alcohol se hizo literatura" 1909-1957





SIN TIEMPO DE PARARSE A PENSAR

La única esperanza es el próximo trago.
Si te apetece puedes dar un paseo.
Sin tiempo de pararse a pensar,
La única esperanza es el próximo trago.
Inútil titubear en el límite,
Peor que inútil todo este hablar.
La única esperanza es el próximo trago.
Si te apetece, puedes dar un paseo.

PENSAMIENTOS MIENTRAS TE AHOGAS

Deja que los demás discutan acerca de mi dolor
enfurecidos como lobos ante un trozo de carne
mi dolor es ahora de dominio público
hace tiempo muerto de hambre come de limosna
muchos de los que se indigestaron de felicidad lo necesitan

la oscuridad del atardecer con una sensación de culpa
como truenos de una tormenta oscureciendo el promontorio
mancillando el recordado doblar de un cabo de la vida
los turistas esperan con fatuas sonrisas de triunfo
con brazos enlutados sobre la costa chismorreando
haber conocido al cadáver por un momento les hace grandes ~

SIN COMPAÑÍA EXCEPTO EL MIEDO

Cómo empezó todo esto y por qué estoy aquí
en esta barra arqueada con la pintura marrón descascarillada,
papegaai, mescal, hennessy, cerveza,
dos viscosas escupideras, sin compañía excepto el miedo:
miedo de la luz, de la primavera, del lamento
de aves y autobuses volando a sitios lejanos,
y de los estudiantes yendo a las carreras,
de chicas brincando con el aire en sus rostros,
pero sin compañía excepto el miedo,
miedo de la fuente volando: y todas las flores
que conocen el sol son mis enemigos,
¿estas, muertas, horas?

ABRIDOR DE OJOS

Cuán semejante a un hombre, es el Hombre, que se levanta tarde
Y contempla los platos sucios de la cena
Y contempla las botellas, vacías también.
Todo ello tragado durante el sordo «¿Cómo estás?» sin fin de la noche anterior
-Aunque un vaso contiene todavía un refresco espantoso-
Cuán semejante al Hombre es este hombre y su destino,
Aún borracho y tropezando entre los árboles amarillentos
Va a desayunar ron picado, sardinas y guisantes.

DESPUÉS DE LA PUBLICACIÓN DE BAJO EL VOLCÁN

Que horrible es el éxito,
peor que ver tu casa en llamas
y las vigas cayendo, una tras otra,
mientras asistes, sin testigos, a tu condena.
La fama, como una borrachera, consume lo mejor de ti
mismo
y, sórdida, te muestra que sólo trabajaste para ella.
Ojalá que nunca me hubiera besado esa puta,
y haber seguido siempre en las sombras de la destrucción y
el fracaso.

SIN MIEDO AL DRAGÓN NOCTURNO

Todas las nociones de libertad están asociadas al alcohol
y nuestro ideal de vida se reduce a una cantina
donde los hombres puedan sentarse y hablar o tal vez pensar
sin miedo al dragón nocturno.
O quizás otra cantina
sin letreros de “Aquí no se fía”
y con su crédito ilimitado
donde –aparte de innumerables botellas de cerveza-
nos podamos sentar –bien borrachos
y lo suficientemente locos-
a escribir tratados sobre una tierra prodigiosa
en la que los hombres beben un vino maravilloso
que les emborracha suavemente, sin vómitos ni resacas,
mientras tejen el sueño de otra cantina
en la que beberán siempre gratis,
con la puerta abierta, mirando pasar el viento.

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