"Lo que es difícil es vivir la vida del poema, escribir viene luego"
Ilhan Berk
Finalizada la década de los 30, tiene lugar en Turquía un movimiento de reforma social y política, el Tanzimat, que alcanzará a la poesía y la llevará por un extraño y largo proceso de renovación, el cual va a durar hasta nuestros días. Una renovación que tendrá su asidero en la constante convivencia de dos corrientes: la poesía popular, cultivada por los trovadores y derviches, religiosos mendicantes que combinaban poesía y música e improvisaban sus melodías y poemas acompañados de algún instrumento; y por otro lado estaba la poesía de los aristócratas e intelectuales, la llamada poesía de Corte o Diwan.
La Diwan, vinculada estrechamente al islam, al mundo árabe y persa, es la más representativa, caracterizada por los juegos de palabras y, en mayor o menor medida, por la oscuridad y hermetismo de su lenguaje. Es a esta tradición a la que pertenece Ilhan Berk (Manisa 1918 – Bodrum 2008), uno de los mayores poetas turcos de todos los tiempos.
Berk fue traductor y educador, y dedicó casi toda su vida a la creación poética, entregando al mundo una obra sólida, de contenida perfección formal, que es posible avistar en sus libros más celebrados: “Estambul” (1947); “Buenos días Tierra” (1955); “Ceniza”(1978) .
Su poesía, integrada en el llamado “Segundo Nuevo Movimiento”, grupo de exaltada renovación de la poesía turca, es una poesía que en realidad rebasa cualquier delimitación, cualquier inserción en sectas o grupos; como suele suceder con los granes artistas, la poesía de Berk escapa a cualquier sobrenombre. Poesía de las cosas materiales, pero también de los nombres y el lenguaje, poesía de los sultanes, los paisajes, las calles, los galeones, las mujeres y los pájaros, el mundo poético de Berk es a la vez una denuncia de las convenciones del lenguaje y una interminable búsqueda de pureza, abstracción y, a la vez, de continuo renacer, continuo asombro por la palabra y en la palabra.
Berk nos introduce en un mundo poético donde lo antiguo y lo nuevo se funden, donde se crea un mundo que es una forma del paisaje, de lo que vemos y soñamos. Una poesía que renueva la idea de amor, porque el amor se renueva con cada palabra; pero también es una descripción de lo que podemos tocar y oler, ver, conocer, olvidar. Y en eso reside su grandeza. En acercarnos el mundo cuando éste parece a punto de escapar.De acabarse.
Siempre que pienso en ti
Una gacela se inclina a beber agua
Y yo ensancho los prados
Contigo cada noche
Una aceituna verde
Y un pedazo de mar azul
Llévame contigo
Cada vez que te sueño
Planto rosas donde mi mano toca
Doy agua a los caballos
Y me enamoro aún más de las montañas
PRIMERO EL CIELO SE FUE SIN MÁS
Primero el cielo se fue sin más
Delante del cielo el pasaje de Hiristaki, la Oficina Americana de
Noticias, la taberna de Lambodis de Saint-Antoine delante
del cielo
Luego los palacios en los que nunca pensamos, Ciragan, Yildiz,
las tazas de café de Teodora, los soles, las calles
En el mirador del jardín nos sentamos una tarde, los campos que
Selim III miraba fijamente cada mañana y decía
qué hermosos delante del cielo
Ese cielo es el de Ilhan Berk ese que baja a los bazares, las casas en
cada poema, ese que borda fina y primorosamente y luego
deja en las manos de los presos
Ese que pone delante del niño nacido una mañana y a la madre del
niño pregunta qué es
Ese que mirábamos por un céntimo, por ningún céntimo, ese que nos
gusta más en los ojos de las mujeres y los niños
Ese que Berrin Tasan decía que había visto en Buenos Días Tierra y
para mirarlo bajaba de los ferries de los trenes
Ese que cuando no hay nadie en casa se queda dormido,
ese que se desnuda se lo quita todo y se excita los pezones
Ese que es tan grande que ocuparía cien páginas mil páginas ese que
cogemos por las mañanas antes de salir y con el que volvemos
por las noches
Ese que es tan bello que puede matar que se parece a las amapolas
blancas, a las chicas, a los niños
Ese que se destapa
Como una sábana
Que es inmaculado
Que es asesino
Es este cielo
Se levantó por encima de la torre de Gálata
Se fue al mar.
SONETO
Los soles, ella lo es todo de todo, yo estaba parado en
Un mar.
En la luciente aurora, como Menelao, me levanté
Y ahora reino de modo soberano en un país nuevo.
Al divisar tu cara me torno blanco como una rosa.
Tal vez nos hallábamos en los cielos de los primeros días
Donde una nube y un viejo galeón chocaron.
Una mañana absorbí el mundo con una honda mirada:
Hasta el aliento de los potros mi oscuro rostro se deslizó.
Por aquel entonces, en Troya tu belleza era única.
Cuando arrastraron el océano a tu lado.
Una vez más, como la aurora, brilló tu belleza:
Ahora mis rayos de sol caerán para llevarte a horcajadas.
Mi aliento de clavel dejaste atrás sin poder verlo.
Y sin embargo con una mirada me hubieras hecho hermoso.
MENOS
Una mañana nos despertamos para encontrar todas las puertas
Cerradas y todas las calles ocupadas
No es cosa fácil recobrarse
Temo que las calles ya no se alarguen más y acaben en algún sitio sin ti
Que sin ti ni una ventana pueda abrirse ni un mar pueda
Espontáneamente llegar a detenerse ante tu casa
Ni la lluvia pueda pensar en caer de repente sin ti
Quizás vivir en Bizancio esté bien o quizás esté mal o quizás
Ni siquiera puedo decir esto
No me gustan las calles sin tiendas ni cafés ni me gustan
Tampoco las habitaciones ni los muros
No me gustan ni pizca los reyes
Supongamos que lo que dijiste resultara cierto, demos por
Sentado que primero saliste de nuestras calles
Nada de pebeteros nada de pescado friéndose
Tú estás en una calle
Todo lo declaré ausente verdes lechugas y membrillos y el
Color de la pobreza
Un montón de cosas no irá a los hombres no en un día
Qué más quieres lograr ya estás aquí
Constantino VI te ha concedido todas las aguas
Esto no es cambiar el universo
No lo es.
OSCURIDAD DEL SÁBADO
Caminaremos durante un milenio
Saldremos primero a una calle
Un genovés me traerá noticias tuyas
Te esperaré desnudo
Nos ven desde Santa Sofía
No hay nadie que no nos vea
La oscuridad del sábado
Mira fijamente la iglesia polaca
Hemos esperado durante un milenio
Por primera vez estamos juntos en un poema
Dejando sus prendas a la noche
Correrán con nuestras noticias al sultán Mehmet
No puedo decir espero verte de nuevo
Pues nunca más podríamos volver a vernos.
ILHAN BERK RELATA LOS SUEÑOS DE LA TORRE DE GÁLATA
Soy una torre en Estambul. Prendí fuego a Estambul una mañana. Primero quemé la calle, dónde vivía ella. Aun se hallan entre mis recuerdos un niño, una mujer medio desnuda, un atardecer, aun se rezagan en mi memoria. Quemé los pájaros y los árboles. Sabemos que los pájaros y los árboles son incombustibles ¿verdad? Pues los quemé. Vi su boca que no se podría cambiar por todo el oro del mundo. Su boca me recordaba sin cesar ríos, tiendas, soles, trenes, caminos, bazares. Sus brazos prendieron fuego a los ardientes ríos toda la noche, toda la noche como si no estuviéramos en el mundo.
Quizá estábamos en esas mañanas no tocadas aún por la mano de Ivi
Eso era lo que decía yo.
Plantemos las flores dije
¡Basta ya! Que no siga doblado el mar
Desdoblé el mar.
(Me llevé a los hijos del sultán Ahmet II a ver el cielo de Leyla Hanim, la poetisa)