martes, 1 de noviembre de 2011

Entrevista a Enrique Verástegui: "Me he retirado de la Historia, hacia la biblioteca de donde salí para caminar por el mundo."


Encuentro a Enrique Verástegui, recostado entre cortinas de humo, como lo encontré la primera vez hace más de seis años en su exilio de Cañete, provincia del Perú que le sirvió de refugio durante largos años.
Enrique Verástegui Peláez (Lima, 1950), es uno de los poetas más importante de la generación poética peruana de los años setenta, innovador en el lenguaje, inconoclasta en sus primeros libros, y luego constructor de una filosofía poética que postula una vía luminosa entre aspectos tan disímiles como el misticismo, la recuperación del cuerpo como fuente, la conciencia política, la reflexión y replanteamiento constante de su propia poética, hacia el conocimiento del mundo, tomado como virtud gnóstica, como lo afirman sus poemarios más importantes : En los extramuros del mundo (1971); el proyecto Ética, conformado por Ángelus Novus Tomo I (1989) y Tomo II (1990), Monte de goce (1991), Taki Onqoy (1993) y Albus (1995); y El Teorema de Yu (2004). Así como sus libros de ensayo El motor del deseo (1987) y Apología pro totalidad. Ensayo sobre Stephen Hawking (2001), entre otros.
Pocas obras construyen, y conservan con el paso del tiempo, el verdadero carácter de totalizantes o totalizadoras, sin perder la autenticidad de su intención, ni la vigencia en la mirada, ni ese halo de culto marginal al que apoyan las ediciones agotadas, pero paradójicamente, no reeditadas; y que permite la línea esencial de transmisión, los libros pasados de mano en mano, y de boca en boca, contados y cantados como un mito.
La presente entrevista admite ser una introducción a la obra del poeta para los no iniciados (para ello se incluye una selección de sus textos), y a la vez un acercamiento crítico hacia algunos puntos de reflexión tales como: el proyecto de su vida, la Ética, sus lecturas, su Generación, su papel personal en el mundo, y sus posturas frente al lenguaje.
El artífice de esta imponente obra se aproxima al grabador y responde algunas preguntas, entre encendidas copas de vino y silencios inquietantes.

                                                                                Miguel Ángel Malpartida
Infancia de la gnosis

Las personas que leen tu biografía se sorprenden al descubrir que al llegar a Lima para fundar Hora Zero y publicar tu primer libro, tienes ya un bagaje de lecturas impresionante, adquirido durante tu infancia en Cañete. ¿Qué lecturas pudieron haberte influenciado en tu producción posterior?
Te voy a contar una anécdota que relato por primera vez. Cuando yo nací, mi abuela,María Luisa Rojas de Peláez, a quien dedico un poema en mi primer libro, empezó a comprar los periódicos de la época, y los compró hasta que yo tuve dieciocho años, cuando ingresé a la universidad de San Marcos, y me dio toda una habitación repleta con los diarios La Prensa y El Comercio, para que leyéndolos me enterara de todo lo que había sucedido en los dieciocho años previos a mi ingreso a la universidad, para estudiar Economía. Esta anécdota apunta a la idea de que el destino y mi familia me habían predeterminado para hacer grandes cosas en la vida. Ahora lo entiendo como un mensaje del destino, aunque en ese momento lo entendí simplemente como un hecho de curiosidad por las cosas que ocurrieron en mi infancia, pero es un hecho que en mi infancia, mi pubertad y mi adolescencia leí en abundancia y muchísimos libros me marcaron, tales como El pensamiento salvaje, de Lévi-Strauss, y sobre todo Así hablaba Zarathustra, de Nietzsche, que leí joven, porque Mariátegui colocaba un epígrafe deNietzsche en los Siete Ensayos, que leí a los 15 años. A raíz de esto leí la obra completa de Nietzsche.

Y con el correr de los años, cómo fue tu relación con esta lectura principal.
A la caída del muro de Berlín, empiezo a mover toda la cultura que había leído, que no necesariamente es marxista, sino occidental u oriental, de todo tipo, sin leer, por supuesto libros políticos, hablo simplemente de libros de cultura; y me pongo a reflexionar (y la mejor reflexión que encuentro es la de ponerme a escribir), y escribí un poema en prosa donde le echaba la culpa a Nietzsche de la segunda guerra mundial, puesto que había leído en los noventa un libro de dos lógicos franceses titulado Las etapas de la lógica, escrito ya finalizada la segunda guerra, en el cual, en una breve pagina le quitaban todo crédito a todos los filósofos del mundo por haber conducido a esa barbarie en que cayó la Europa de aquella época; y que en cambio postulaban una reivindicación total de la lógica como salida al pensamiento demencial en el cual pueden caer los filósofos.

Pero tu formación no es solamente libresca, ya que se te considera una especie de personalidad renacentista que no solo incursiona en el lenguaje poético, sino también en otros medios expresivos como la música y el cine (esto, sin perder el norte de la poesía).
Soy formado en una biblioteca, eso es evidente y no es ninguna respuesta, pero he llegado a coincidir con el filósofo italiano Vico, que postula la vida como la búsqueda de la felicidad, y la búsqueda de la tranquilidad, y eso precisamente plantea tambiénBertrand Russell, el gran revolucionario de la lógica, cuando afirma que la gente debe dedicarse a cultivar flores y a escribir poesía, y eso es lo que he hecho, he hecho poesía, cine, he hecho una ópera titulada Andrómeda, que es un homenaje al París que yo conocí, un París donde escribí adolescente algunos libros fundamentales, un homenaje a Europa, a aquella Europa a la cual contribuí a que los gobiernos socialistas por primera vez en la historia llegaran al poder. Es en recuerdo y homenaje de eso, la llegada al poder de los gobiernos socialistas de toda Europa, que un día de comienzos de la década del ochenta, empleando técnica Zen, en Cañete, escribí la ópera.
¿En qué consistió esta meditación?
Consistió solamente en mirar una pared, dejar la mente en blanco, y dejar que la música fluyera en mí al mismo tiempo que la letra.
No solamente te limitabas a tus lecturas orientales, sino que las practicabas, retomando la leyenda de Bodhidharma.
Claro, pero no como una búsqueda académica, sino como una coincidencia de mi destino, puesto que la mitad de mi familia es china, y no tengo ningún problema en comprender lo oriental, comprender lo blanco, o comprender al África, o comprender a la raza quechua, de quien me considero, y lo digo ante ti, como testigo, el primer autor que hace quince años escribió el primer libro de filosofía quechua en el Perú, que esAlbus.

Para el Zen, el conocimiento occidental es negado desde su propia esencia, desde la conceptualización. ¿Cuál es la naturaleza de la gnosis que afirmas seguir?
Todos me consideran un poeta gnóstico, aunque soy católico, todos me consideran así porque he explorado la gnosis y porque he coincidido con los planteamientos gnósticos, sin caer en el nivel mítico que puede tener la gnosis histórica. Asumo y creo sólo en la gnosis como fe en un ser supremo.
En los extramuros

Para hablar un poco de tu primer libro, este primer libro contestatario, lleno de mito.
Cuál fue tu intención al escribirlo ¿Acaso es una indagación? ¿La construcción de una primera imagen poética?
Mi primer libro, En los extramuros del mundo, tuvo como propósito sencillamente dominar la técnica para poder asumir el proyecto que me había planteado, el de Ética; pero también fue por un propósito fundamental, el de plantear una posición frente a las cuestiones que se vivían en aquella época. Fue una cuestión de situarme en el mundo, esto es, según Heidegger, la experiencia del ser se define por el ‘’Dasein’’, que significa el estar ahí en el mundo, yo que ya había leído a Heidegger, en la búsqueda de ser un adolescente de diecinueve años, que indagaba por su destino en el mundo, di con ese concepto de Heidegger y lo cité precisamente como lo opuesto a Heidegger, el estar en el mundo se dedicaba a estar fuera del mundo, en sus extramuros.
En los extramuros es en realidad un poemario de aprendizaje

Hay alguna cosa que le puedas reprochar a ese primer libro.
En realidad no le puedo reprochar nada, salvo que me quite lectores para mi proyecto de Ética, nada más.
Generaciones

Cómo veías al movimiento Hora Zero en relación a tu propia poesía, que se inicia con En los extramuros del mundo. El movimiento que dirigías planteaba un enfrentamiento con la palabra y la tradición anterior. Éste enfrentamiento lo viviste en tu poética personal o en concordancia con el movimiento.
Yo no pienso que todo movimiento literario, por mas nuevo que sea, se constituya como un enfrentamiento con la tradición anterior, sino creo, más bien, que se trata de un diálogo en el cual uno aprende, si así puede decirse, en el que uno toma conocimiento del pasado y determina su futuro respecto al diálogo que se establece con la tradición anterior. Hora Zero ha sido para mí un grupo de amigos, incluso amigos tan íntimos con quienes me sigo viendo todavía, pero con los cuales mi distancia es la de ser la conciencia crítica de ellos mismos, en la medida en que yo tengo una formación artística que viene desde la infancia.
Se dice que Hora Zero asume dos periodos distintos, y que tienen que ver directamente con tu viaje a Europa: se podría decir que fundaste Hora Zero, y lo refundaste a tu retorno. Pero, estando en París, fundaste lo que se llamaría Hora Zero internacional, como una generalización del movimiento. ¿Esta fue una intención reivindicadora de lo latinoamericano o más bien una extensión globalizante?
Si, es cierto. Creo que respecto de Hora Zero soy un personaje histórico, pero también quiero dar la alternativa a mis amigos de Hora Zero, para que respondan a esas preguntas. Respecto a Hora Zero Lima, efectivamente, yo hice el manifiesto que refundo Hora Zero a mediados de los setenta, donde incluimos la lucha por el feminismo, por ejemplo, que era considerado un movimiento imperialista en aquella época. En el Perú no se consideraba para nada la conciencia de la valía, del valor de la mujer, como sí lo hacía la izquierda europea , y eso fue lo que hicimos, Carmen y yo, al escribir el manifiesto de refundación, al mismo tiempo que al llegar a París, José Carlos Rodríguez, que vivía allá, me consulto si debería fundarse Hora Zero internacional, y yo dije que sí, siempre y cuando el manifiesto lo escribieran escritores franceses, puesto que conocían mejor su país.
Ahora que tocas el tema de la reivindicaciones feministas, ¿esto surge a raíz de las lecturas post estructuralistas que tenías para ese momento?
Surge más bien, a raíz de la experiencia de la vida cotidiana en Europa, concretamente en Barcelona y Menorca, donde el movimiento feminista era absolutamente fuerte, y eso es lo que toma Carmen Ollé, en ese entonces mi esposa, quien me sugiere poner la reivindicación del feminismo, como reivindicación positiva para las mujeres peruanas.
Los años setenta fueron años de convulsiones poéticas en toda hispanoamérica, ¿qué recuerdos tienes de la tradición española forjada en ese momento?
Creo que la generación de los Nueve Novísimos es la mejor que ha tenido la España de post-guerra, y entre ellos destaco a todos, donde está incluido tu admirado Panero, a quien no admiro mucho a pesar de su malditismo, y aunque sé que es un mito en España, quien filma la película “El desencanto”. Pero admiro, sobre todo, a Antonio ColinasPere Gimferrer, a Jordi Royo, a Jaime Siles, y algún otro poeta que involuntariamente olvido.
Poesía, teoría y praxis
Cómo esperarías tú que la crítica tome el conjunto de tu obra, porque la tuya no es una obra a plazos, sino una obra total llamada Ética, dividida en varias fases-libros, donde apelas a extremos entre la ciencia pura y el misticismo.
Yo no espero especialmente nada de los críticos literarios respecto al proyecto de Ética, sino que, en cambio, lo espero todo del lector, en la medida en que creo para los lectores siempre que estos sean lectores calificados y formados, porque si voy hacia mi experiencia concreta, puedo decir que, por ejemplo, tengo una amiga con quien chateo por Internet, que se llama Alba Delia Fede y vive en Mar del Plata, Argentina. Ella es profesora de literatura griega y latina, y conocedora de siete idiomas, que entiende perfectamente la Ética, tal como la he planteado, y que no se hace problemas, porque las líneas generales de la Ética están dadas en los epílogos que he publicado en cada libro, y por tanto el lector no tiene mas que guiarse por eso, y leerlo, aún cuando, por esa misma experiencia, yo me siento absolutamente gratificado cuando se acercan los jóvenes - que no necesariamente tienen que ser jóvenes escritores - para agradecerme el haber leído el proyecto Ética, como un proyecto que los ha guiado muy bien en la vida y los ha hecho profesionales eficientes.
Existe una reflexión sobre el cuerpo muy marcada en Monte de Goce, dentro del proyecto Ética, que se extiende hacia una indagación sobre el pecado. ¿Cómo se articula este poemario dentro del proyecto de Ética, quizás como una oposición aAlbus, donde meditas sobre la virtud?
En Albus medito sobre la virtud, sobre la gnosis, el conocimiento gnóstico, y en efecto, yo asumo la experiencia del escritor que desciende al pecado para poder expresarlo enMonte de goce, de una manera radical, y desde un punto de vista histórico absolutamente nuevo. Dante ingresa al infierno pero sólo como un turista, y no vive la experiencia del pecado, como la vivo yo en Monte de Goce, al mismo tiempo que, superada esa estancia, puedo vivir la experiencia de la gnosis como paraíso en Albus, o libro de la Gnosis. Es decir, vivo la experiencia de la gnosis, como experiencia de acercamiento a lo sublime, sin necesidad de estar en el paraíso, para contraponerme a Dante, que es, si quieres, la tradición antigua, y no ser tampoco un turista en el paraíso, sino vivir la experiencia de la gnosis como un paraíso.
De tu poesía puede colegirse la búsqueda de una nueva estructura para la experiencia del hombre en el mundo, un mundo que avanza tecnológicamente con nuevas formas y medios de expresión, sin desligarse de la dualidad teoría y praxis.
Tiene absoluta relación con la tecnología, de manera radical y estrecha, en la medida en que todo el libro ha sido escrito a máquina de escribir y ahora estoy escribiendo a computadora; y ahí no queda el asunto, sino que he sido visionario, en el momento mismo en que tengo por ahí, en Angelus Novus, un poema que se llama “Apariciones en un panel de computador”, que escribí cuando no existían las computadoras, e incluso, hubo una sección de Monte de Goce, que eliminó un íntimo amigo narrador, por que no la entendió, una sección que está hecha para computadoras en el año setenta y dos. Entonces la relación que hay es estrecha desde ese punto de vista, pero también lo es desde la dualidad teoría y praxis, teoría práctica, dada como práctica de la práctica teórica de Althusser, que era como yo entendía la poesía aquel momento.
Tomando otra parte de ÉticaTaki Onqoy, que nos pone frente a esta praxis teórica que planteas y que viene de Althusser. Este libro plantea una posición frente a la política y los movimientos revolucionarios.
Fue un libro que escribí en París, en apenas cinco meses, y que postulaba y postula una visión total y radical del Perú en un momento de su historia. De un lado es la visión de la cultura peruana, dada como arqueología; y por otro lado es la visión de la política peruana, a través de las huelgas que se organizaban para enfrentarse a la dictadura militar. Ahora, estas dos vertientes del libro están articuladas en una visión mística dada por la meditación que realiza el chamán Juan Chocne, que dirigió el movimiento del Taki Onqoy, y que desciende hacia la historia para enfrentarse a los males propios de la historia, para luego volver a su hogar en el libro Ángelus Novus, que es la relación de pareja.
Teorema de Yu es tu último poemario publicado, después de haber guardado silencio durante buen tiempo. ¿Qué relación establece este poemario con el referente de Octavio Paz, en Piedra de Sol?
En realidad, de Octavio Paz tengo muy buenos recuerdos, como por ejemplo cuando yo era joven y hacía el amor con la mujer con la cual estaba, y recitábamos versos dePiedra de sol, en el hotel donde lo hacíamos; y también porque he leído la obra completa de Octavio Paz, hasta conocerla de memoria, lo cual no quiere decir que él haya influido, salvo en su concepto de defensa del cuerpo, en mi obra. Piedra de Sol es un poema que ocurre en el año treinta y siete, durante el bombardeo a Madrid. El teorema de Yu es un poema escrito el año dos mil, que expresa, y trata de condensar la experiencia de un joven escritor del Perú, que a la vez es cosmopolita, puesto que soy yo, que he estudiado en París, y que he viajado por todo el mundo. Teorema de Yusurge para sintetizar la visión que tengo del mundo contemporáneo, y a la vez, retribuirle a París y New York, el canto que esas dos maravillosas ciudades se merecían, es un canto de amor a París y New York, que espero sea comprendido por los lectores neoyorquinos, parisinos y franceses.
¿Encuentras alguna relación entre el Teorema de Yu, y el proyecto Ética? ¿Cuenta para éste o es ya un lenguaje distante?
No tiene relación con el proyecto Ética, es un poema solitario, que se escribe en alejandrinos, aunque el ultimo poema de Angelus Novus está escrito también en alejandrinos, que es mi testamento, un testamento escrito en la época de la guerra civil, durante la cual los sociólogos que no tienen nada que hacer en el Perú, acusaban a los poetas de no ocuparse de esa guerra, y puesto que esa guerra era pura muerte, escribí mi testamento, que se llama “Testamento para una suite de huesos”, escrita en endecasílabos, pero aparte de eso, no hay otra relación con Teorema de Yu. Este poemario expresa un campo de visión en el cual estoy inmerso desde la adolescencia, esto es la visión profética en la cual se mueve mi poesía, y que se hace presente desde mi primer libro, como lo dije la noche de su presentación. ¿Qué significa el título o la frase Teorema de Yu?, ¿qué cosa es Yu? Puede ser entendido como TÚ o puede ser entendido como YO. Un amigo neoyorquino me decía que Yu era YOU, en inglés, a lo cual no respondí nada, por supuesto. Iba a esto, a que escribir ese poema en el Perú, sobre matemáticas chinas (en un lugar como el Perú, donde los chinos sólo son conocidos por su “chifa”, por su buena comida y sus restoranes), y que al poco tiempo China continental haya lanzado un cohete tripulado al espacio, implicaba un campo de visión profética ahí, que hay que saber interpretar como el hecho de expresar el desarrollo tecnológico de China.

En relación con lo anterior, consideras también que la concepción formal del poemario en alejandrinos, coincide con la exactitud matemática que buscas siempre en tu poesía, la relación con las ciencias puras.
Si, el alejandrino es un verso clásico, el más clásico entre los idiomas latinos, que fue llevado a su esplendor por Ronsard, y a quien, no sé por qué motivo, no salió la dedicatoria que le hice en el libro. Pero Ronsard es un poeta del Renacimiento francés a quien admiro muchísimo, tanto como a Du Bellay, y de quien encuentro influencias hasta en Yeats, en la Irlanda de comienzos del siglo veinte.
Hermetismo
Se ha destacado constantemente tu inclinación mística, durante la entrevista. De acuerdo a esta vertiente, podrías explicarnos un poco acerca de este movimiento que, no sé si puedes llamar místico, que es la Sociedad para la Liberación de las Rosas, surgida (dentro de los límites que nos impone la reserva), a raíz del cambio de milenio, para marcar una posición frente a este suceso.
Es cierto, es un movimiento, La Sociedad para la liberación de las rosas, que se funda el año mil novecientos noventa y tres, para saludar el nuevo siglo que se inicia, y a la vez dirigir la conciencia de los peruanos, y no sólo de los peruanos, puesto que habiendo sido leído el manifiesto en Francia por una escritora de tanto talento y de tanta autoridad científica y literaria como era Sabine Hargous, quien consideró el manifiesto como un llamado a los militantes del planeta Tierra, que buscaba despertar la conciencia y la lucha por las cuestiones ecológicas y místicas de la Humanidad, en momentos en que había caído el muro de Berlín, y la Humanidad estaba ciega frente a su propio destino. La Sociedad para la Liberación de las rosas se abre para llamar al pueblo peruano a dirigirlo hacia su futuro que es el de su lucha por la libertad y por la vida.
Qué postura tomas como ideólogo de esta Sociedad, frente a los cambios sociales, frente al imperialismo, y sus avances en contra de otras culturas y minorías fatalmente incomprendidas.
Para responderte esa pregunta tan puntual, debo decirte que debo consultar con el Consejo, conformado por las sinarquías que conducen la Sociedad para la liberación de las rosas, sin embargo, yo nunca he visto el mundo bipolar como imperialista y anti-imperialista. He observado siempre que ha existido un país admirable como Estados Unidos, y que ahora con la mundialización de la economía, las culturas tienen problemas de diálogo con el eje central que es Estados Unidos, con esa cultura que no logra hasta ahora, salvo en sus periodos brillantes de la época de su independencia y su guerra civil, constituirse como súper estructura cultural, con Emily Dickinson, con Whitman, conEmerson, con Thoreau, con Melville. Pero a pesar de ello, creo que lo que la orden hermética a la cual pertenezco pediría un mayor diálogo entre las diversas culturas del mundo, para que se preserve la diversidad y más bien se luche por Estados Unidos, para que logre constituir una súper estructura cultural que le permita dialogar y entender las culturas de los países restantes del mundo, sobre todo entender las culturas europeas, que es donde está la raíz del problema, porque el estado norteamericano se muestra muy vinculado al hecho mismo del capitalismo, mientras que el sistema europeo está vinculado al hecho mismo del bienestar, constituyendo matices diferentes, pero sin ningún tipo de antagonismo, por supuesto.

Y tú, como poeta hispanohablante, crees que la avanzada hispana poblacional y lingüística, frente a la potencia, es un proceso que se esté dando, de por sí, sin que se abra este diálogo.
He escrito un artículo sobre el tema, donde explico que el asunto no está en la cantidad sino en la calidad, esto es, en imponer un idioma que sea capaz de producir unShakespeare, producir un Goethe, un Whitman o un Tolstoi. Me refiero a los logros del idioma.
Teoría literaria y filosofía del lenguaje

Ahora que nos acercamos a la reflexión en torno del lenguaje, me interesa el tema específico de la Teoría Literaria. Según las lecturas que tengo de tu poesía y las opiniones de algunos de tus críticos destacados, como Paul Guillén, podrías declararte un estructuralista originario, radical, evidenciada tu preferencia por el formalismo ruso, específicamente por Sklovski, en contraposición a los aportes de Mijail Bajtin. ¿A qué debes esa inclinación, cuando muchos de tus textos delatan otras vertientes como la de Kristeva, que hasta cierto punto recoge y desarrolla algunos tópicos bajtinianos?
En la medida en que Bajtin sea un escritor formal, que considera el aspecto formal de la obra literaria, en esa medida yo puedo leer y entender a Bajtin; pero, en la medida en que Bajtin hace un sociologismo vulgar yo tengo un rechazo por él, aunque lo respeto, como respeto las opiniones de todos los escritores, pero tengo afinidades con el estructuralismo porque me parece que es la ciencia, que basada en la lingüística, analiza mejor el fenómeno literario.
Podemos sugerir una relación estrecha con la cientificidad del lenguaje, ya que tu preocupación es también lingüística, ¿qué importancia le das a la lingüística moderna en tu poesía?
En cierto modo, en mi poesía, la lingüística tiene el máximo de importancia, y sí que la tiene, y en cierto modo, yo, como Enrique Verástegui soy un producto de la lingüística, soy un producto del lenguaje de mi época, del lenguaje de las máquinas, del lenguaje de la cibernética, del lenguaje de la cosmología, del lenguaje de la ciencia, del lenguaje de las humanidades, en ese sentido estoy vinculado a la lingüística.
Dentro de esta línea de reflexión de la filosofía del lenguaje, quizás le debas cierta atención a algunos nombres fundamentales, se me ocurre Wittgenstein
Bueno, sí, se la debía hasta hace pocos meses, cuando escribí un texto llamado “Tractatus lógico matemáticus”, en el cual renunciaba a Wittgenstein' después de haberlo tenido como referente a lo largo de mi vida. Y espero se trate de una renuncia momentánea, puesto que sigo admirando a Wittgenstein, creo que es el máximo filósofo de Occidente en el siglo veinte, al lado de otros como Rudolf Carnap, el lógico positivista vienés, o de Nelson Goodman, el filósofo analítico norteamericano; sin mencionar a los marxistas como Luckács, o Goldman o Roland Barthes, o Henry Lefevre o Benjamin, por ejemplo, sin mencionarlos, porque el proyecto político se ha caído, aunque su pensamiento puede contribuir a este tipo de socialización que también quería Wittgenstein, un filósofo influido por su época, ciertamente, como son todas las personas, y por tanto, mi deuda con Wittgenstein es una deuda visible en el sentido en que me dio la conciencia del lenguaje como poder.
Por otro lado, presentas un texto acerca de Chomsky en tu libro de ensayos Apología pro totalidad: ensayo sobre Stephen Hawking.
Claro, uno de mis mas bellos poemas está dedicado a Chomsky, quien de paso, viene a fines de Octubre a Lima, para dictar conferencias. Un análisis profundo de la filosofía chomskyana la he hecho yo en Apología…, un libro recomendado por el Congreso de los Estados Unidos, según he leído en Internet; aunque yo estoy en desacuerdo conChomsky, respecto de su menosprecio hacia el método dialéctico, debido fundamentalmente a que es un científico positivista neto, y que no entiende el proceso dialéctico que también puede darse en el mundo de las ideas, tal como lo planteó Plotino.
Quizás te sientes personalmente más cercano al Chomsky activista político.
Considero que mi misión histórica en el aspecto socio político está cumplida cuando contribuí a llegar al poder a los gobiernos socialistas de Europa, y luego me he retirado de la Historia hacia la biblioteca de donde salí, para caminar por el mundo tal comoPitágoras en su juventud había caminado por Egipto y regresó a Grecia trayendo los conocimientos que había aprendido en los templos egipcios, en el mismo sentido, yo caminé por Europa, las islas Baleares y París, y traje los conocimientos al Perú.

sábado, 24 de septiembre de 2011

"Cuando los Árboles se olvidan del Otoño" por Antonio Crespo Massieu






(Carta enviada en Diciembre del año 2010)


Querido amigo:

Hasta hace muy poco no he tenido tiempo para llevar a cabo una primera lectura de tu poemario ;como te comenté este curso el trabajo me agobia bastante y deja poco tiempo para las cosas importantes como leer la buena poesía que mandan los poetas que viven lejos pero están cerca.

Vaya por delante mi disculpa pues estas opiniones apresuradas son fruto tan sólo de una primera aproximación; pero no quería retrasar más esta respuesta por muy provisional e insatisfactoria que sea. .Me parece un gran poemario. Con una fuerte unidad reforzada por la disposición gráfica, el espacio que ocupan los poemas en la página, las citas en cursiva... un conjunto de poemas que va atrapando al lector, que va cayendo, sumergiéndose en una lectura que envuelve y obliga a avanzar (no es fácil detenerse, el carácter unitario del texto, la estructura tan trabada, te empuja). Según he ido avanzando en su lectura  creo que el libro va ganando en intensidad... o puede que el lector penetre mejor en la densidad de la escritura; en cualquier caso para mi las últimas páginas del libro me han emocionado especialmente. Ha sido un gran regalo, como lo es siempre la buena poesía, mil gracias por ello.
¿Será posible que nos veamos alguna vez? ¿Tienes previsto venir por España¿ ¿Conoces la poesía de Juan Carlos Mestre : un gran poeta y gran amigo que tiene mucha relación con Chile?
Antonio Martinez i Ferrer, un gran amigo y poeta, me comenta que estáis en contacto; me alegro mucho por ello; él, como no podía ser menos, valora en mucho tu poesía.
Recibe un abrazo fraternal de compañero, amigo y agradecido lector.

Una presentación para Los Árboles: por Antonio Rioseco Aragón





[Texto leído en la presentación del libro Cuando los árboles se olvidan del otoño (Antros Ediciones, Talcahuano, 2011) del poeta Ivo Maldonado, realizada el 29 de julio en el bar Estación Terminal, Santiago.]


En el momento en que Ivo Maldonado me propuso hacerme cargo de la presentación de su libro en Santiago, no había tenido aún la oportunidad de leerlo, y sólo tenía una vaga noción de la escritura que podrían albergar sus páginas. Pero en el contexto de una conversación que tuvimos tiempo atrás, me fue relatando algunos aspectos de la creación de este poemario: el lugar físico en el cual fue escrito, la situación anímica del poeta y el escenario urbano que cobijó la escritura y que -por cierto- penetra también sus poemas. Esa conversación la sostuvimos en Los Ángeles, mi ciudad natal, en la que me encontraba de paso el verano pasado. Ivo llevaba unos meses allí en una temporada de reclusión voluntaria, esperando nuevos rumbos y aires, tiempo que aprovechó dedicándose a la escritura. Cuando los árboles se olvidan del otoño, disparó con seguridad el título del libro que estaba por publicar, pero a la vez con humildad prosiguió: “que fue escrito en esta ciudad que es más tuya que mía”. Desde ese momento y antes de que su libro llegase a mis manos, fui construyendo en mi mente una idea de cómo serían sus textos basándome en aquella conversación y en el título. Me había señalado también las lecturas que circulan en el poemario y que recorren espacios comunes a las mías, haciendo un puente entre parte de la tradición chilena y cierta poesía norteamericana, con Sergio Hernández, Rojas, Wallace Stevens y Rexroth silbando en nuestros oídos.
Y tiempo después tuve el libro en mis manos y se me presentó el enriquecedor ejercicio de confrontar la poesía de Ivo con esa imagen que me había figurado, que, por supuesto, se relaciona también con mi propia escritura. Reafirmé en la lectura del libro ciertas ideas que me venían dando vuelta, como la observación y la reflexión agudas y certeras de la realidad, que se hacen a partir de una voz subjetiva que no pretende dictar sentencias.
Para partir ya hablando del libro, quiero señalar que el título podría tender la trampa de cerrar un poco la lectura o, más bien, dar coordenadas inexactas si es que se lee con ligereza. Me refiero a que tanto el olvido como el otoño que figuran en el título le otorgan inconfundiblemente un aura melancólica y, claro, se condice con esa soledad y reclusión de la que hablaba al principio, al referirme a las condiciones de escritura del mismo. Sin embargo, aquí nos encontramos con una escritura que explora otros espacios de la poesía, donde las lecturas y la reflexión sobre la vida y la condición humana se hacen presentes en poemas que fueron escritos para una lectura que sea capaz de pararse frente a la vida misma. Esto no quiere decir que el realismo que está presente opaque la utilización de un lenguaje poético rico en metáforas u otras figuras retóricas, que claramente no sólo tienen una finalidad estética, sino que generan también un nexo entre primeras y segundas lecturas, es decir, le otorgan un velo estético a un lenguaje con profundidad. Podría decir que el sentido que genera el olvido que los árboles hacen del otoño enfrentaría, por un lado, una pérdida de la memoria de la naturaleza y la vitalidad, pero, por otro, la convicción de que es un tiempo que corre sin contemplaciones para la nostalgia vaga, pues se enfrenta con entereza la decisión de no caer, lamentarse o deshacerse simplemente de las hojas. En este sentido, la caída o el descenso que representa el otoño como tópico tienen varias lecturas en el libro.
Al guardar, los poemas de Ivo, una relación con la realidad social, con la observación del país y su historia y la historia de todos, el decadentismo de una realidad que se desmorona es enfrentada por el poeta dejando en claro la posición de una escritura que asume el riesgo. Cito:
Escribir es un desafío de acróbatas
a veces se tiene una caída libre
Pero es también una mirada que no rehúye, ni menos quiere dejar escapar a los ojos de quienes persigue, pues quiere hablarles, contarles cómo ha sido estar lejos, retirado, pensando en ellos. El libro que se arma como un único poema fragmentado y asediado por los numerosos epígrafes, va marcando un tránsito desde los espacios interiores de la lectura y la reflexión hasta los de la ventana y la calle, las relaciones interpersonales truncadas y la nunca bien ponderada esperanza de compartir un trozo de vida en comunidad.
Acércate a mi primer acto
señala Ivo,
estará la radio/ la televisión
Los días serán largos/ siniestros
Acércate a mi primer acto
juvenil/ amable/ silenciosa
Recuerda que todos somos inocentes
Por otra parte, la poesía otoñal se presenta también en el libro a través de la distancia que guarda de la adolescencia, ya que no es añorada ni vista como un espacio vital fijo, sino puesta más bien en entrecruce tanto con la vitalidad como con la angustia presente, asumiéndose una relación inconclusa con la memoria, es decir, no existe el recuerdo como una entidad fija porque es asediado sin miramientos desde el hoy.
Volvamos en busca de la luna
sin más anhelo que una pistola
Rayemos todo el cielo de memoria
para poder encontrar la luz
Detrás de cada derrota
duerme una pesadilla
que hunde sus cicatrices
en el mismo pañuelo
Quiero también referirme en estas líneas a la poesía de Ivo Maldonado en perspectiva, esto en relación a sus trabajos anteriores. Es una constante en su poesía la búsqueda de un lenguaje llano y próximo a un lector amplio, asumiendo temáticas que atañen no sólo a un iniciado en la poesía, sino también a aquellos y aquellas que desean verse en un diálogo con una escritura que les interpela e interpreta. No obstante, creo que en el libro que hoy presentamos hay un mayor riesgo, quizás un ejercicio de libertad creativa que no espera la retribución inmediata de la lectura fácil, pues aguarda el amable decantar que el tiempo le otorga a la escritura.
La estructura del libro también es un acierto, pues se compone de fragmentos que funcionan a veces por separado, a veces juntos, y que parecieran susceptibles de ser constantemente reordenados para jugar con sus sentidos. Se puede ir y volver en la lectura moviéndose a discreción por las páginas sin temor de perder la unidad propuesta por Ivo.
Para terminar, me tomo la libertad de juntar algunos fragmentos de Cuando los árboles se olvidan del otoño para hacer una especie de remezcla, y así componer la síntesis de mi lectura:
¿Cuál es la diferencia entre cementerios/
plazas de armas/ oficinas proempleo?
Esta generación se está perdiendo
entre el clonazepan y las cervezas de litro.
Ante tal destrucción
ocultarnos era el único acierto
El ruido de los ataúdes por la mañana
no era un ruido común
era el ruido de halcones chillando.
Ya no hay voz
no hay voz
sólo monedas
persiguiendo aplausos
chocando contra el cielo.

"Cuando los Árboles se olvidan del Otoño" por Paz Molina



Cuando los árboles se olvidan del otoño: el festín desnudo de Ivo Maldonado
 (Extraído del periódico El Siglo, Septiembre 2011)

La poesía de Ivo Maldonado se derrama como una corriente impetuosa, por los ríos de su escritura lúdica, trágica y subconsciente.
Se reúnen los árboles para escuchar a este otoño olvidado, y la naturaleza toda tiene una fuerte presencia en estos versos. Cita a Antonin Artaud, el famoso poeta francés creador del Teatro de la Crueldad y al muy lírico William Carlos Williams. Es como si su poesía quisiera apoyarse de estas grandes figuras por su resonancia y apasionamiento, porque Ivo Maldonado exclama: “Nadie  ha dado señales  una árbol ha sido quemado por un verso  se busca musa para todo servicio remuneración acorde al Mercado. Escribo de memoria un día domingo mientras oigo el canto de una cuchara aplastada por el viento. La desnudez ha sido atrapada por páginas inconclusas. A veces un poema parece una invocación la bella ausencia del molino hablándole a un jeroglífico”.

En los versos citados puede observarse una desazón, una congoja, la del poeta en lucha con los elementos, un poeta que necesita de la inspiración para envolver su propia desnudez y también la nuestra al quedarnos solos y ateridos ante este vendaval que se nos viene encima.

Se habla de locura, precipicios y naufragios porque todo ha sido inútil, incluso el festín de la sabiduría. Y la locura ha transformado en escalera los precipicios, escalera para subir, para ascender al mundo de los sueños y la imaginación, incluso del delirio, porque “el sacrificio de los mortales es vagar sabiendo que no hay mayor alucinación y la inspiración sopla en un astro que también puede ser un hombre”.

            El poeta confiesa que comenzó a escribir porque una señora le pidió que anotara una dirección, y este proceso aparentemente accidental de la dedicación al oficio de poeta es negado en su misma contradicción, confesando que su padre lloraba cuando el niño no quería hacer las tareas.
Mucha tarea se ha dado el poeta al enfrentarse con el otoño y descubrir que las hojas caídas son las páginas de su propio libro y que aprendió a dibujar el abecedario en las alas de una gaviota. Sensación y  percepción de vuelo que eleva la inspiración hasta las cumbres de las montañas para luego proseguir en vuelo rasante hasta caer al precipicio, donde los significados se cuestionan y no se toleran las ambigüedades.

“Si hay un camino de salida debe haber otro de regreso. Está cara la luz dice mi madre mientras espera evidentemente que apague el computador.” Antipoéticamente se expresa Ivo Maldonado: “No estoy dispuesto a pagar pasajes ni impuestos de carretera”.
Este poemario tienen unidad en su lenguaje directo y desenfadado, que oscila entre revelar sentimientos, pensamientos y emociones o dejarnos en el desconcierto total por tanta afirmación apasionada: “es porque estoy atrapado”; atrapado en su propio lenguaje, caído en su propio precipicio, en vuelo hacia un horizonte desconocido.

            Reflexiona sobre el tiempo: “El tiempo sin tiempo es un entierro, una mancha, un revólver, un cuesco”. Bordea el sinsentido como queriendo desdramatizar el concepto de tiempo que tanto ocupa a filósofos y poetas: “El tiempo es como ustedes prefieran llamarlo el canto de las cigarras en la fiesta de espaldas”.
Hay connotaciones surrealistas en este libro de Ivo Maldonado, hay un orden de cosas transfigurado y en permanente modificación: “desnudo, desnúdate, desnudémonos, arranquémonos la piel como si el mar nos envolviera con su carne de vidrio y sus cabellos de electricidad ¿no oyes o prefieres jadear en esta tabla partida en visiones?”. Como dijo Rimbaud, me haré vidente a partir del total desarreglo de mis sentidos. Sentidos que en el caso de nuestro poeta estar hipersensibilizados frente a las circunstancias de su vida, frente a la naturaleza y sus variados ciclos, naturaleza de la que Ivo Maldonado es parte y en la cual busca ansiosamente reconocerse, rescatarse y replantearse como individuo. Para esto recurre a diversos recursos estilísticos, mezclando numerosas referencias culturales que hacen de este libro un referente muy interesante en la cultura de hoy, y específicamente en el contexto de la joven poesía chilena que une tradición y vanguardia.

            Yo agradezco esta oportunidad de comentar al joven autor, y debo reconocer que me ha sorprendido la riqueza de sus recursos, dejando testimonio de vida y poesía.
Me gustaría para finalizar plantearle a Ivo Maldonado algunas preguntas:
1. ¿Te identificas con algún grupo o corriente literaria?
2. ¿Qué poetas chilenos influyeron en ti?
3. ¿Qué poetas extranjeros admiras?

Para la Sociedad de Escritores de Chile es un agrado recibir la visita de Ivo Maldonado y conocer este nuevo libro. Para mí en lo personal es un honor y una experiencia importante. Doy gracias a  mi colega Ivo Maldonado por este privilegio.