jueves, 10 de junio de 2010

Ramón Riquelme; selección de poemas.


LECTURA

Vuelves a leer esos diarios antiguos
para saber dónde está la mentira.

EL AGUA

El agua
en la mañana
corta
el sol
a pedazos.
El agua destroza
la comunión de las piedras,
el agua
lava
el pecado
del anciano.

EL ESCRITOR Y SUS DELIRIOS

Qué vale más: escribir sobre el vuelo de las flores
o asustar a los niños
con la próxima catástrofe.
Hoy ha venido un brujo
a contarme cosas
que ya me habían pasado.

DESTRUCCIÓN DE LA PERSONALIDAD

Me fueron destruyendo mi personalidad
como si estuviera en una campana de vidrio;
al final de esta historia
ya no sé cómo me llamo;
sólo puedo testificar
que soy un queltehue
muerto de hambre.

ESTATUARIA

Todos esperábamos
el fin del mundo;
cuando en el patio de la prisión
nos leyeron las sentencias
creíamos que el mar se había
abierto para nosotros
pero
Él nos abrió la luz
entre las sombras.

FANDANGO

¿Qué palabras
puedo
usar
hoy
para decirte
lo que
ayer
no te dije
por mi timidez
increíble
para hablarte
de las bellas
cosas
alrededor
de las
cuales nos movemos
todos los días?
El silencio
es a veces
la mejor
declaración
de amor

VINAGRE Y SAL

Vinagre y sal
nos dio el verdugo
antes
de las preguntas.
Vinagre y sal
para que la memoria
recordara
los pecados antiguos.
Vinagre y sal sobre las heridas
abiertas
con las lanzas
cuyas cabezas
tenían
la cicuta
de la historia.

DESDE LUEGO

Desde luego,
la palabra se gasta
cuando ese rastacueros
se harta de comer y beber
con las pobres monedas
de los poetas de Pencopolitania.

BENDICIÓN DEL AGUA

El agua
bendice
los pies cansados del hombre
después de haber buscado
por años
a su hermano
desaparecido
en las dunas
de San Antonio.

ARTE CINÉTICO

El ojo vio tu piel húmeda con el aire
del mar venido desde Tumbes
donde los cuerpos solían
iniciar el juego de los sentidos.

DESTINO

Las arenas de la playa
y el bosque cercano
son el refugio del hombre
que ha perdido la memoria

HORA DE ALMUERZO

Los peces muertos
lo fresco de las verduras
te hacen recordar
la desaparecida imagen
de tu madre.

LA MUJER

La mujer contaba las historias
de su vida
mientras bebíamos el vino
en aquel bar de la avenida Puerto Montt;
ella pudo ahorrarse sus palabras
dándome un beso en la cara.

VEJEZ

Se te olvida todo: el dinero,
las fechas de aniversario,
poner la bandera frente de tu casa,
pero no se te olvida besarle
los frutos a esa niña
que te trae las empanadas
para el almuerzo.

LINEA

La línea que separa la vida de la muerte
es la nube que atraviesa
la calle donde vives.

MARILYN MONROE

Muerta
estás
en ese
Julio de 1961
por el Valíum
y el hastío
de no ser tú
misma,
mientras
medito
bajo los
tilos
de esa
plaza
pasa la mujer
con su amante;
yo decido matarlos
por haber
olvidado mi desamparo.

TERCERA CLAVE

A veces
se hace
necesario
caer de espaldas
sobre el bullicio.
Romper
con la lanzas
y flechas
los trabalenguas
nacientes
en la raíz
del pelo.
No nos seduce
este girar
como aspas
de una rueca
gastada.
No nos complace
lo rítmico
del aburrimiento.
No nos complace
la glotonería
de la vanidad.
Por último
se quiere revisar
las voces antiguas,
se quiere hundir
los pies en el agua
de los ríos celestes.
Se quiere
el silencio
para escapar
al sexo seco.
Viento,
recibe
mi llanto.
Agua,
recibe
mis gritos.
Sol,
recoge
mis heridas
y quema la cara
de los que afean
mi alegría,
de los que cruzan
las manos
para no recibir
mis frutos.

LA PARADOJA

Todos mis amigos están ya muertos,
convertidos en ceniza o viento;
el agua ha bendecido sus huesos
que ahora solamente serán
un montón de polvo
depositado en el marco de una ventana
o en el lomo de un libro;
siento el barro de este invierno
igual al otro que aconteció al cataclismo;
entonces las fieras preparaban su venganza
y parecía que esto nunca sucedería.

ADIÓS A LA DONCELLA
                   a Kira Maldonado

Me han contado
que te vas
a una ciudad de
lluvias
donde no
se conoce
el sol.
Qué haré
para
contarte
mis historias
de
desamparo.

ALMA MAHLER

Desprotegida de ornamentos
y vestuario
llegó esa noche de invierno
al despacho del poeta,
pero cada loco tiene siempre caminos distintos
sobre todo cuando el poseso
quiere rescatar desde hace tiempo
el ojo de La Estrella Mayor.
Entonces no hay atención
para asuntos cotidianos,
asuntos baladíes
o conversaciones de burgueses satisfechos
hablando sobre la poesía de Nicanor Parra
como el acto del bufón;
en medio de la multitud
está la muchacha aquella
que me entrevistó
para una revista cultural que nunca se publicó,
los borrachos y las putas elegantes
suelen siempre tener ocurrencias de divertimento.

MIRANDO EL MAR

Cuando se mira el mar se recuerdan mucha cosas
de la memoria en su vértigo:
el destino de los peces reventados por el fuego
de cualquier volcán
perdido en algún bosque del sur.
Lasas son lágrimas derramadas
por el primer amor perdido
entre el humo de los trenes
que van al norte
o al sur.
Mi madre lavando sus pies en la caleta “El Membrillo”,
es Enero de 1955
y estoy perdido y ahogado en medio de la multitud
que come sus presas de pollo
y toma
ese vino tinto rancio
donde los pobres
cada Domingo
creen en su propia felicidad.

AMARTE

Tener amor hacia mujer joven
es saber
que el hombre aún está vivo
salta a pie desnudo sobre
las piedras
que arden con el fuego
de los árboles quemados
cerca de la playa de Coliumo
donde el poeta Alfonso Alcalde
sigue escribiendo
El panorama ante nosotros.

AMOR DE LA INFANTA

Yo no me atrevo a preguntar a la infanta
de sus amores antiguos.
La miro y recuerdo mis tiempos de vagabundo,
cuando por las calles
me iba a la biblioteca universitaria de Concepción
y hundía mi cabeza en los papeles
escritos de Alexander Block,
en los días de la revolución soviética.
Después el aire de incienso y dogma
de “El Padrecito Stalin”
todo lo echó a perder.

ABRAZO

Levemente
toco el cuerpo de la muchacha
y pienso
que pronto seré expulsado del paraíso
y eso me alegra.

LOS DÍAS DEL JÚBILO

Los días del júbilo
no volverán a estar más en nuestra memoria,
por lo menos
hasta que la nueva semilla dé sus frutos.
Entonces aprendí a besar
casi como jugando a las muchachas
que iban en nuestros desfiles
o miré de soslayo
los frutos pequeños de aquella socióloga
que nos hablaba de los libros de Mendel.

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