viernes, 26 de febrero de 2010

Sergio Hernández Romero (Chillán, 1931) Selección de poemas


... "La poesía de Sergio Hernández es canto que corre, cristal que canta. Proclama sencillas riberas en que se entrelazan la menta y el orégano. O incursiona entre los muros y nos relata mínimos secretos, gotas del alma, papeles del olvido... Yo alabo a este poeta fraternal que entre provincia y provincia conserva el corazón reluciente de una estrella... PABLO NERUDA. Isla Negra, enero de 1965".

Carta a Dios

Fecho esta carta aquí en la tierra,
en este pequeño espectro creado por tus manos
y olvidado por tu memoria.
Las cosas no andan nada de bien por estos lados;
los diarios siguen anunciando crímenes y suicidios,
que tú permites con esa indiferencia
que parece caracterizarte
desde el principio de los siglos.
Solo te veo, a veces,
asomado a los niños,
a quienes tu transformas poco a poco,
en turbios entes desterrados;
porque es necesario decirlo,
los más esclarecidos adultos
se entretienen aquí en forma peligrosa
jugando candorosamente
con guerras y con bombas.
Yo soy la voz que clama
y reclama en el desierto,
en este mundo en que nos martirizamos
los unos a los otros.
Yo soy el que tengo hambre
y tú no me alimentas,
ando con sed
y escondes tú las norias;
soy peregrino y no me hospedas;
desnudo estoy y no me vistes;
me encuentro en la cárcel
y tú no me visitas.
Suéltanos tu maná sobre la tierra;
destruye tú, si lo deseas,
cines, automóviles,
todo cuanto no sea sangre
en nuestras venas;
repártenos mejor
las uvas, el pan, la paz
y las estrellas.
En verdad, en verdad, te digo
yo soy el que ha pecado
y seguirá pecando mientras viva;
de carne soy
y busco yo la carne florecida.
Es por amor que muero
y por andar amando me condenan.
Despierta, gran señor, de tu letargo;
suéltanos tu maná sobre la tierra.
Yo he dicho como tú:
Hágase la luz
y emergen las tinieblas;
hágase mi alegría
y surgen las tristezas;
busco y no encuentro;
llamo y no se me abre;
entré por la puerta angosta
y di con la espaciosa senda.
Pero cosecharé uvas de los espinos
y haré estallar de abrojos, azucenas.
A ti te obedecieron los vientos y los mares;
los hombres y las bestias;
montañas y ciudades;
calma, entonces, señor,
mis tempestades:
Dime si existe algo verdadero,
si tienen sentido los armamentos,
las carreras,
los terremotos,
los incendios,
los llantos,
las miserias.
Esparce tu maná sobre mi pueblo
y haz del sol la llama verdadera,
iluminando un día
para ambos hemisferios.

Alto volantín

Alto volantín de septiembre,
pequeña llama entre las nubes,
encumbrado pétalo
de mis días celestes,
duermes aún en mi memoria
sin despertar al trompo
que bailará en mi vida
eternamente.
Pasaron otros días,
fui enredando mi juventud
a viejos libros,
mi rostro tomó la palidez de los papeles;
fui dejando mi sangre en los suburbios,
pero a ti no renuncio,
derribado volantín,
trompo doliente,
mi claro amanecer
en este anocheciendo
permanente.

Plaza

Ahora no espero a nadie,
la tibia primavera
atardece en mi plaza
y en mi tarde
las parejas que creen amarse
intercambian caricias.
Desde mi ventana
un columpio vacío
avienta mis días felices;
no diré que estoy solo,
estoy conmigo mismo, simplemente,
y para acompañarme
saco un pez luminoso
de mi acuario
y con él enciendo la noche.

En mi árbol

En mi árbol de hojas desoladas
acumula el crepúsculo
sus últimos pájaros.
Casi está aquí la noche,
ella regresa siempre
pero tal vez tu nunca vuelvas.

Dispersos por el mundo,
no volveremos a encontrarnos
y a quién preguntar por ti
si conocí mejor tus ojos
que tu nombre;
si hablaron más tus labios
que tus propias palabras.

Tu recuerdo es tan vivo
Que casi no me haces falta.

Sólo en este contacto

Sólo en este contacto nos unimos
en esta mordedura nos queremos
ardemos juntos como un pequeño infierno
descubrimos el mundo en este rato
y no queremos morir
o desearíamos morir
siempre que el paraíso pudiera ser este momento
qué desatado furor de carne y fuego
fugaz como el suicidio de una estrella
magnifico temblor
cósmica entrega.

Vuelo


Quien no se haya tendido
bajo un bosque de pinos
frente al mar
y entregado a la tierra
jamás sabrá nada de sí mismo
ni dónde está
y errado serán sus pasos
por bares y tabernas
porque nunca verá el sigiloso tránsito
de las constelaciones
que se desplazan fulgurantes
por los cielos altísimos
yo estoy ahora
bajo un bosque de pinos
junto al mar
como todo es Dios
yo soy Dios
y esta noche gobierno las galaxias
tendido y acodado
en una de los polos de la pequeña tierra
deslumbrante es el bellísimo paisaje de los universos
ahora los pinos han dejado de rezar
y entonan solemnes cantos gregorianos
yo estoy en Dichato (Chile).

Moscas

Las moscas juegan ajedrez
en el pobre mesón
parecieran no tener preocupación
alguna
ni grandes problemas metafísicos
pero siempre andan rondando
la muerte
y la miseria
como si Dios las hubiese creado
a nuestra imagen y semejanza.

Señor...

Señor
dime si existes
te pregunto en la noche
del desamparo y la amargura
mientras mis propios demonios
me clavan
a esta cruz invisible
con los horribles martillos
de la culpa.

Imagen

En mi estanque interior,
tu imagen no se borra.
Tu propio viento a veces,
riza el agua
y son también hojas tuyas
las que caen,
pero tus ojos no se deforman.
Es posible que ya nada suceda
entre nosotros.
Ahora, la tarde entera
es el estanque,
huye una gaviota
hacia otros mares
y es tu sonrisa
la que parte
y es tu mirada
la que parte,
pero tus ojos nunca se deforman.

Cuento

La brisa vespertina
viene acariciando los ciruelos
tenue
imperceptible
muda
hace llover pétalos lentos
las graves palmeras son columnas
con capiteles de abanico
catedrales inconclusas
sin incienso
sin monjes
y sin ritos
me he puesto triste
sin quererlo
para ahuyentar el llanto
les contaré a los pájaros un cuento
yo quise ser un día un tallo largo
muy robusto
y muy alto
adherido a mi tronco
hubiera ascendido al mundo
hasta los astros
quise ser el árbol más grande
de la tierra
florecido en otoño
en invierno
en estío
en primavera
tan alto habría sido
que por flores tendría
las estrellas
ahora estoy aquí
me observo
nada tengo
aquí termina
el cuento
desde todos los puntos
han corrido hacia mí
todas las penas
se me desploma el pensamiento
bajo la tierra
irremediablemente triturado
soy una débil raíz
hecha de nervio.

El Canceroso

El canceroso
aunque con algunos dolores
disfrutaba de sus últimos días
una inyección por la mañana
dos o tres por la tarde
algunos amigos
con sus rostros especialmente acomodados a las
circunstancias
irrumpían en su habitación
se conversaba del tiempo
de los increíbles progresos de la ciencia médica
de lo mejorado que estaba el semblante del
paciente
de los proyectos de la reforma agraria
de los conflictos entre marxismo y capitalismo
de los últimos viajes espaciales
a lo que el canceroso respondía
con un discreto silencio
ya que él
a través de la ventana
observaba un ciruelo florido.

Acuario

Mi infancia es un acuario inaccesible
un ebrio país de trompos y palomas
al que es preciso llegar con traje blanco
en una mañana azul
de sol volcado
yo no daría ya con los caminos
pero recuerdo algunas cosas
bandas de circo
en tardes de novena
noches de riñas y cansancios
dando conmigo en un desfondado sueño
sin contorno
cuando pasaba el regimiento
abandonaba mis juguetes rotos
y era mi corazón
todo mi cuerpo
después
vino la bruma en espirales
un día
mi madre y los guijarros
dieron un seco ruido de infinito
el tiempo frente a mí empuñó las manos
Soltó pájaros negros en mis ojos
y un trozo de sol
cayó entre los labios
La tarde es un sollozo contenido
mi infancia
es un acuario

Documento Psiquiátrico

Lloro por los días que perdí
y que pasaron esquinando mi vida
lloro por los días en que no anduve como otros
con las bellas muchachas
en las cálidas tardes de verano
lloro por el posible que pude ocasionar
a los que más quise
lloro por mis sublimes
por mis involuntarios
y urgentes y perentorios crímenes
lloro por el absurdo que ha significado toda mi ternura
lanzada a los cuatro puntos cardinales
y que no tuvo eco
y que se estrelló con el odio
y la mezquindad
y la ciega roca de las pobres gentes
a quienes sin embargo amo y perdono
lloro justamente por mi inconfortable ternura
celeste anzuelo
con el que también he recogido hermosas perlas
adheridas al fondo del fango
y del abismo.

Yo soy como las plantas

Yo soy como las plantas o los árboles
que nunca han sabido quienes son
y echan flores o espinas
o atrapan insectos
ellos están ahí simplemente
como yo en mi tierra
y no les interesa ser astronautas
ni andar apretujados en los metros
o en los autobuses de las grandes urbes
por las noches
albergan a los pájaros
o contemplan humildes el universo
recibiendo amorosamente el rocío de la madrugada
cuando mueren regresan al vientre materno
para nacer de nuevo
en cualquier forma
es bueno ser planta o árbol
porque de ellos será el reino de los cielos

No hay nada que agregar

No hay nada que agregar
Amigos míos
una nube
a otra nube
hacen la lluvia
una lágrima
a
otra lágrima
hacen el llanto
un pobre a otro pobre
hacen el pueblo
mi casa
mi familia
la intemperie

Vivimos los días

Vivimos los días de Ana Frank
el índice es una cruz
entre los labios
Caminar en puntillas
musitar las palabras
no encender las luces
dormitar si se puede
tender el oído hacia la noche
agujereada de disparos

Soy sólo profesor

Soy sólo profesor
poseo un traje gris
y una corbata;
no puedo tener novia
ni automóvil
ni casa.
Engaño en mi función
en forma refinada
hablo del bello mundo
y de la patria,
reviso mil cuadernos por segundo,
yo paso mi programa,
le limpio la nariz a mis alumnos
aunque nadie me paga.
Las gentes ignorantes
me escupen en la cara,
me pisan en las micros,
me denigran, me ultrajan.
Mas, viendo yo a los niños,
alumbra la mañana,
retórnanse a su sitio mis sentidos
sumérjome en mi acuario conocido.

Está bien

Está bien
está bien
todo está bien
sólo que el hambre mata niños
y en la oscura humedad
crecen los muertos
y sin embargo está bien todo
y es grato haber llorado entre cipreses
embriagarse de tiempo
refrescar con amigos y cerveza
las blancas noches de verano
anclar el corazón en algún puerto
incorporar un poco de sol
al alma que habitamos
entretejer de amor
las noches y los días
y sobre todo pensar
que aún pertenecemos
a esta pequeña parte de la muerte
que hemos llamamos vida.

Me persigue Chillán

Me persigue Chillán
por todas partes,
remecida uva sol;
plácida plaza
viene conmigo desde siempre
arsenal de la patria.

Chillán es lo que tengo
y eso es bastante.
Para tan grande sed
que ando trayendo
no hay otro cántaro que valga;
para tanto cansancio acumulado
no hay otra almohada.
Chillán fue mi principio,
fue mi mañana;
lámpara verdadera
nunca se apaga.

Lluvia

¿Quién canta detrás de los cristales?
nadie canta detrás de los cristales
sólo la lluvia cae entre las tumbas
y los muertos
lejos de despertar
parecieran dormir
a velocidades increíbles.

Sacad de este Árbol

Sacad de este árbol
caído
todas las ramas
todas las hojas
y si ha dado alguna flor
también sacadla.

Gentes...

Gentes del mundo
enorme y ciega tribu
de gitanos en fuga
desarticulado archipiélago
donde el dolor aterriza
y las alegrías se remontan
Es preciso que unamos nuestras islas
aunque sea con un mar
creado por nuestro propio llanto.

Último deseo

Antes de dejar de respirar
Antes de retirarme definitivamente de este
juego
No pongan ni siquiera un Cristo entre mis
manos
Pon tu sonrisa y tu mirada
y que eso sea el paraíso.

Es Tan Profundo

Es tan profundo el sueño de la muerte
que ni clavos ardiendo
ni pétalos de nieve
pueden ya despertarlo.

Es tan azul el sueño de la muerte
que ni mares ni cielos
se pueden comparar a esa oquedad celeste.

Es tan plácido el sueño de la muerte
que ni un niño dormido
se iguala en su quietud
en su ausente sosiego
A esa implacable ausencia
A ese sueño morado
A ese silencio largo
Al más definitivo de todos los silencios.